Las criptomonedas en caída libre en medio de un contexto de recesión

Desde que comenzara el camino descendente el pasado mes de noviembre, Bitcoin no consigue recuperar forma y se sitúa en torno a los 20.000 dólares, arrastrado por una perenne tendencia bajista que le empuja implacable.

 

 

El descenso en el precio de Bitcoin, ha cuadrado en el tiempo con la decisión por parte de la FED y de un gran número de bancos centrales, a finales del pasado año, de endurecer la política monetaria en un intento de superar la crisis imperante después de la pandemia.

 

 

No obstante, Bitcoin, la principal criptomoneda, no ha sido la única perjudicada. La inmensa mayoría de las otras criptomonedas ha seguido su senda descendente, provocando innumerables pérdidas, además del colapso de varias plataformas del sector.

 

 

Las exchanges se derrumban

Una de las últimas en anunciar la paralización de la retirada de fondos y la negociación, mientras busca nuevos inversores, ha sido la empresa de préstamos de criptomonedas Vauld, situada en Singapur. Y es que, la crítica situación actual y la volatilidad del mercado, unida a la retirada de cientos de millones de dólares por parte de su clientela, pone en serias dificultades la continuidad de su actividad.

Tan sólo un par de días antes, otro de los fondos de criptomonedas – situado también en Singapur-, Three Arrows, anunciaba su quiebra.

Estas compañías siguen el camino iniciado por Binance, Celsius o Voyager Digital, que fueron de las primeras en congelar la retirada de fondos de sus plataformas. Además, la situación iría en camino a empeorar ya que, en opinión de los analistas, esto sería tan sólo el principio de una larga secuencia de quiebras entre las plataformas criptográficas.

 

 

Una sucesión de hackeos

Más de diez años han transcurrido desde que Bitcoin se viese golpeado por tan elevadas pérdidas mensuales. Concretamente, en el mes de junio, la pérdida se situó en más de un 40%.

Sin embargo, aunque el sentimiento pesimista predomina en el mercado, ésta no es la primera vez que Bitcoin se hunde en un mercado bajista para experimentar después un rebote.

Los escenarios bajistas, han formado parte de su historia desde que se produjera su primera inmersión en ellos, en el año 2011, cuando pasó de cotizar en 32 dólares a desplomarse a mínimos de 0,01 dólares en cuestión de días. Esta situación fue causada por un fallo en la seguridad de un exchange japonés, el cual fue víctima de un robo que fue el culpable de la venta masiva de los bitcoins almacenados en exchanges ante el temor de que brechas en la seguridad dieran lugar a situaciones similares.

Tras recuperarse y alcanzar un nuevo hito en 2013, de nuevo las dificultades dan al traste con su triunfo.

Esta vez, con la prohibición de realizar transacciones con Bitcoin por parte del banco central de China, ese mismo año, da inicio una nueva fase bajista para la criptomoneda, que se ve agravada por un nuevo episodio de piratería informática a un exchange de criptodivisas. Su cotización cae en picado y no experimenta una recuperación hasta pasada la primera mitad del 2015, con un cambio de tendencia que consigue la recuperación de la criptomoneda y que perdura hasta finales de 2017.

Sin embargo, de nuevo otro caso de hackeo da al traste con el máximo alcanzado por la criptomoneda, dando paso a un largo criptoinvierno que se prolonga hasta el 2020, cuando emprende un rally alcista que, a pesar de sufrir unas breves caídas, marca su máximo histórico en noviembre de 2021, superando las duras restricciones impuestas por China y una creciente narrativa en contra que acusa a la minería de criptomonedas de constituir un serio problema para el medioambiente.

Pero de nuevo el pánico se ha instalado en el mercado en este 2022, haciendo que la criptomoneda caiga a niveles de 2020, mientras los colapsos se suceden entre los exchanges de cripto. En opinión de algunos expertos, en el contexto de incertidumbre e inflación mundial, el actual criptoinvierno no verá su fin durante el año en curso y además la depreciación de Bitcoin podría situarla entorno a los 13.000, 12.000 o incluso 10.000 dólares, antes de dar inicio a una nueva fase de recuperación a finales de año. No obstante, el debate está servido, entre quienes auguran la mejoría al finalizar el año y quienes manifiestan que habrá que esperar, como mínimo, al 2024.

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