Serie de Cris Miró: dónde y cuándo se emitirá

Serie de Cris Miró: dónde y cuándo se emitirá

Cris Miró fue la primera mujer trans argentina en hacerse famosa al convertirse en vedette de un espectáculo de revistas, un lugar que hasta ese entonces, en los años noventa, era patrimonio exclusivo de la mujer. Ahora, la vida de aquella pionera en aparecer en los medios de comunicación de Argentina y en hacerse un lugar en la escena, será reflejada en “Cris Miró (ella)”, una serie biográfica original que se emitirá por TNT y en el On Demand de Flow.

La serie, dirigida por Martín Vatenberg y Javier Van de Couter, ambos responsables de “Pequeña Victoria” y “100 días para enamorarse”, entre otras series, estará protagonizada por Mina Serrano en el papel de Cris Miró y contará con las actuaciones de Katja Alemann, César Bordón, Agustín “Soy Rada” Aristarán, Vico D’Alessandro, Marcos Montes, Toto Rovito, Manu Fanego, Campi y Adabel Guerrero, entre otros.

“Cris Miró (ella)” abordará el proceso de construcción de identidad de Cris Miró, un ícono pop que logró darle visibilidad a un colectivo que no encontraba otro destino más allá de la noche y que abrió el camino para muchas personas trans que vinieron después.

Según se adelanta, la serie de ocho episodios está basada en la novela “Hembra, Cris Miró. Vivir y morir en un país de machos”, de Carlos Sanzol, y “recorrerá su vida y trayectoria hasta el momento en que un diagnóstico sobre su salud sacude sus planes y la convence de tejer un pacto trágico consigo misma: maquillar su agonía para morir tan bella como vivió”. Cris Miró murió el 1 de junio de 1999, a los 33 años.

En esas páginas, Sanzol señala que Miró fue la primera persona transgénero que se hizo famosa en la Argentina. “Fue un símbolo de los noventa” porque por esos días Argentina “era una nación que, como Cris, trataba de buscar su identidad en un espejo que distorsionaba”, dice el autor.

Poco después de publicado el libro, el periodista resaltó que “por no entrar dentro de lo socialmente conocido, Cris sufrió”. “Ahora, pienso que otro hubiese sido su final, si ella hubiese vivido en esta época de mayor aceptación y comprensión y de reconocimientos de derechos para las personas trans”, destacó.

Hija de un militar retirado y una ama de casa, Cris Miró estudiaba odontología en la Universidad de Buenos Aires cuando fue convocada para actuar en calle Corrientes. “Debe haber sido 1992 cuando la ví por primera vez aparecer en un boliche como quien ve entrar a Rita Hayworth”, recordó el productor y director Lino Patalano. “Recién cuando me la presentaron -dijo- me enteré que era una chica trans y esa misma noche le prometí entre copas que cuando hiciera una revista la iba a llamar a ella”.

En 1995, con Patalano al frente del teatro Maipo, participó de “¡Viva la revista!”. “Fue la sensación absoluta -dijo el director- hicimos un agujero en el techo y ella bajaba vestida con una malla que le quedaba increíble tirando papelitos dorados y plateados”. También recordó que “hacía un número de streaptease muy Rita Hayworth y lo hacía tan bien que nadie se daba cuenta que era una chica trans, porque al principio no se lo habíamos dicho a nadie. Tenía un talento inusitado y un tremendo don de gente”.

Mina Serrano es una actriz y performer trans española. A sus 24 años, tenía claro cómo definirse. Así lo declaró a la revista Shangay: “Si es para las finas, soy artista; entre nosotras, soy vedette. Porque en el término vedette se engloban todas las disciplinas que practico en función del trabajo que me sale”, explicó. Tras llegar a Madrid desde Granada, a los 17 años, para estudiar arte dramático, la sedujo la performance, aunque también se puede definir como modelo y como creadora de sí misma. “Me gusta que mi persona escénica también se proyecte cuando modelo para fotografía, trabajo en videoarte, en un autorretrato o cuando hago moda”, declaró.

“Mi adolescencia fue muy solitaria, y sufrí un bullying más parecido al mobbing. Me hacían el vacío en el instituto. Me veían tan rara que nadie hablaba conmigo. No era solo porque tuviera pluma o me vieran femenina, es que, además, era gótica, pero a mi manera; no encajaba ni con las góticas. Mis gustos eran raros para ellos, consideraban que hablaba raro… Eran tantas cosas que ni sabían por dónde atacarme, así que simplemente me desplazaron y hacían como que no existía. En los primeros años de instituto no intercambiaba en todo el día una sola palabra con nadie. Me sentía un fantasma. Aunque, a la vez, sabía que no pertenecía ahí, y tampoco hacía un esfuerzo por integrarme. Al final lo hice, porque si no, me moría del asco. Mi familia, por suerte, sí me ha aceptado siempre. No sabían exactamente qué estaban aceptando, porque he pasado por muchas fases, he tocado todas las letras de LGTB. Aceptaron que era distinta, sin más”, confesó.

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