Todo ello “en concurso real con el delito de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal en calidad de autor, receptación, a sabiendas de su procedencia ilegítima de un arma de fuego, agravado por provenir de un delito cuya pena es mayor a tres años de prisión, acopio de municiones sin la debida autorización legal, tenencia ilegítima de DNI ajeno, los cuatro en calidad de coautor y falsificación de documento público, por el cual se deberá responder en calidad de partícipe necesario”.
En derecho penal, se puede aplicar la prisión preventiva cuando hay riesgo de fuga o entorpecimiento de la investigación. En este caso, la jueza considera que hay elementos suficientes para privar de la libertad a Sabag Montiel y Uliarte, pese a que aún no hay sentencia, porque la causa apenas comienza.
A su vez, la magistrada ordenó un embargo de 100 millones de pesos para cada uno.
Unos minutos antes de que se diera a conocer la determinación de la Justicia federal, Cristina Fernández de Kirchner había hecho su primera declaración pública después del intento de asesinato: “Siento que estoy viva por Dios y por la Virgen”, sostuvo en un acto junto a curas villeros.
Hasta el momento, la causa tiene cuatro detenidos: Sabag Montiel, Uliarte, Agustina Díaz y Gabriel Carrizo, el hombre que a las pocas horas del atentado dio una entrevista a Telefé junto a la presunta novia del atacante, para intentar desligarse del hecho.
El intento de magnicidio
El intento de asesinato contra la vicepresidenta ocurrió el 1 de septiembre, cuando la líder peronista se aproximaba a sus simpatizantes para saludarlos. Allí, en el barrio porteño de Recoleta, se llevaba a cabio una vigilia para apoyar a la referente del Frente de Todos, tras recibir un pedido de 12 años de prisión por la causa “Vialidad”.
Cuando Kirchner saludaba a sus seguidores, Sabag Montiel se acercó, le puso una pistola junto a su rostro e intento dispararle, pero falló. Más tarde, se dio a conocer que el atacante no habría actuado solo y por una serie de mensajes la Justicia sospecha que el resto de los involucrados participó de modo coordinado, realizando tareas previas de inteligencia junto al departamento de la expresidenta.
