Yamila Luna, integrante del grupo Mensajeros de Francisco, de la parroquia San Agustín. La joven, se caracterizaba por su alegría y su amor por la música. Hace tres años había sido trasplantada de un riñón y era no vidente.
“Yamila iba al grupo todos los jueves y siempre fue muy activa. Tocaba el órgano y la armónica, jugaba a las cartas y hacia trampa. Si decía alguna mentirita, le dábamos el perdón”, contó divertido el padre Sergio Hayy.
El párroco la recordó como una persona “muy simple y feliz con su vida. Cuando uno lograba”. conocerla, desaparecían todas sus limitaciones. Su sonrisa siempre estaba intacta y su mirada, transmitía mucho. Era alguien muy presente”.
“Fue una noticia muy fuerte, pero somos cristianos y creemos que Yamila va a musicalizar el cielo”, finalizó.
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