Ataque de ente maligno en Gualeguaychú: “Hay que prestarle atención” dijo sacerdote exorcista
Un joven policía de Gualeguaychú afirma haber sido atacado por un “extraño ente maligno”, cuando recorría un antiguo sector de calabozos en el edificio de la Jefatura Departamental de Policía.
El sacerdote, Javier Murador integrante de la Pastoral de la Consolación, dialogó sobre lo que sucedió en Gualeguaychú. “Es un caso para prestarle atención y seguirlo de cerca. Sobre todo, por los relatos de los presos que son testigos del hecho y según dijeron ya venían pasando estas situaciones”.
“A priori no se puede decir que se trata de un caso demoniaco. La Iglesia tiene criterios muy altos y serios, para poder discernir la situación. Hay que hablar con la persona y rezar. Hay cosas que son muy finas y hay que evaluarlas en el momento. A mí me llamo la atención el hecho”, señaló.
Sobre el trabajo de la Pastoral, comentó que “tratamos de distinguir, frente a una idea extraordinaria, si es de índole natural o preternatural, que es la influencia de un demonio que tiene acceso al mundo físico y puede ejercer algún tipo de agresión sobre una persona”.
Según comentó, las personas se acercan por diferentes situaciones que están viviendo “como escuchar ruidos, ver o sentir cosas en su cuerpo que le son ajenas. En la Pastoral, los profesionales evalúan el caso para definir si se trata de algo psicológico, psiquiátrico, médico clínico o no. En tanto, los sacerdotes realizamos la parte espiritual a través de los rezos”.
Cuándo es un caso demoniaco
El sacerdote, Javier Murador, señaló que se determina luego de analizar una serie de signos y síntomas “que, en una balanza, se inclinan para el lado natural o preternatural”. “Dentro de la semiología de la posesión, hay muchas cosas que padece la persona como el titanismo, hablar otros idiomas, rechazo a lo sagrado, hablar de cosas que es imposible que las sepas, ojos de escorpión, entre otros”.
“En el hipotético caso que se trate de un caso demoniaco, comenzamos con oraciones de deliberación sorbe la persona o el lugar. Si después de un tiempo, la persona no avanza, se realiza un exorcismo mayor, que tiene un ritual y se reza varias veces hasta que el demonio sale de la persona”, explicó.
Motivos de estar endemoniado
Al ser consultado sobre por qué una persona podría estar endemoniada, el sacerdote señaló que “es un misterio del mal que son difíciles de explicar. Como todas las cuestiones de la fe, es un misterio y a la razón le cuesta mucho entenderlo”.
Seguidamente, agregó que estos casos “están siempre dentro del plan de Dios. Hay una permisión de Dios cuando pasan estas situaciones. Las personas que pasan por un caso demoniaco, luego son seres que tienen mucha fe, se reconcilian con sus familias y les empieza a ir bien en otras cuestiones de la vida”.
Al finalizar, comentó que en los ocho años de la Pastoral solo autorizaron dos exorcismos. “De los casi 900 casos que hemos visto, no tuvimos mayores situaciones”.
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