La agenda de Javier Milei en Estados Unidos: qué hizo el Presidente electo
Más tarde, almorzó en Nueva York con el ex presidente demócrata Bill Clinton, un gesto que sirve para allanar el vínculo con la Casa Blanca, que no ve con buenos ojos la cercanía del libertario con el republicano Donald Trump.
Se hablaba de una posible reunión con el magnate, que lo llamó y publicó elogiosas palabras sobre Milei, pero no será esta vez. El propio libertario dijo poco antes de partir: “Esto no se va a dar en este viaje, pero la reunión con Trump es casi un dato”.
Clinton es uno de los políticos más populares de Estados Unidos y hoy un hombre de consulta mundial que se ha reunido varias veces con funcionarios argentinos como Néstor y Cristina Kirchner, Mauricio Macri y Sergio Massa. Su esposa Hillary fue derrotada en 2016 por pocos votos por Trump.
Milei aterrizó temprano por la mañana en un vuelo privado con una delegación que incluye a su hermana Karina, sus asesores Nicolás Posse y Santiago Caputo, su futuro ministro de Economía Luis “Toto” Caputo, el empresario Gerardo Werthein y el embajador estadounidense en Buenos Aires, Marc Stanley.
Por la tarde, se trasladaba a Washington, para tener reuniones en la Casa Blanca, el Departamento de Estado, el Tesoro y el Fondo Monetario Internacional.
De campera negra y kipá, lo primero que hizo Milei fue visitar el “Ohel”, la tumba en el barrio de Queens de uno de los rabinos más influyentes del siglo XX. Se trata de Menachem Mendel Schneerson, también conocido como “el rebe de Lubavitch”, cuyas enseñanzas hoy rigen la nutrida comunidad Jabad Lubavitch.
El presidente electo estaba acompañado por su hermana Karina y por Werthein. Permaneció en el lugar unos 15 minutos y a la salida se lo vio muy conmovido. No quiso hacer declaraciones a la prensa porque dijo que era un asunto personal. Los colaboradores de Milei dijeron que fue “un momento especial, simbólico, muy lindo”.
Al subirse a la camioneta de la delegación, Werthein dijo que había sido un instante “espiritual muy lindo” y que estaba “feliz”, aunque no quiso confirmar si será embajador en Washington como todo indica.
El rabino falleció en 1994 y fue sepultado en el cementerio de Montefiore de Queens, debajo del Ohel que en hebreo significa carpa. Desde entonces su tumba se convirtió en un lugar de peregrinaje porque comenzó a ser venerado como una gran personalidad judía porque convirtió al pequeño grupo jasídico en uno de los movimientos más influyentes del judaísmo religioso. Por su tumba pasan anualmente miles de personas.
Milei llegó ahí para “dar las gracias por el lugar que le ha dado HASHEM (término hebreo para definir a Dios)”, dijeron desde las filas del presidente electo. En julio pasado, antes de las PASO, Milei hizo un viaje relámpago para visitar este lugar venerado por la comunidad judía, que es transitado por miles para recibir inspiración, vitalidad y orientación.
La tradición indica que hay que escribir una carta antes de ingresar. Luego las personas leen salmos, se lee la carta y se tira en el lugar donde el “rabe de Lubavitch” está enterrado. Milei había pedido la bendición para ser presidente y ahora que su sueño se ha cumplido viene a agradecer.
En el lugar, muy custodiado, en un barrio sencillo de casas bajas en Queens, hay inhibidores de celulares por una cuestión de seguridad. Se veía movimiento de representantes de la comunidad jasídica y algunos argentinos que se acercaron para saludarlo y desearle suerte. La caravana estuvo escoltada por una camioneta del servicio secreto de Estados Unidos, algo que es habitual ante una personalidad extranjera, sobre todo si va a ser presidente.
Milei es católico, pero tiene una relación especial con la comunidad judía. En una entrevista contó cómo surgió ese acercamiento, que fue a través de un alumno suyo de Economía. “Era un chico judío, y cuando venía a clases me hacía preguntas que eran muy impresionantes, que a mí me dejaban pensando”, señaló.
“Eso me abrió al interés y después tuve la dicha de irme vinculando con más gente de la comunidad y empecé a profundizar y ahora tengo la dicha de ser amigo de un rabino, que es el rabino del templo de la calle Borges (Templo ACILBA), que es una persona que quiero muchísimo, que le consulto regularmente. Son discusiones que de repente pueden demandar dos o tres horas y que para mí son muy gratificantes y me ayudan a crecer mucho y a entender las situaciones de una manera mucho más profunda”, explicó.
“Me da mucha tranquilidad espiritual en un momento dónde recibo ataques constantes de la casta política, y soy sometido a calumnias y mentiras”, resaltó, según refleja Diario Clarín.
Reunión con Chris Dodd
Javier Milei se encontró en Nueva York con Chris Dodd, un exsenador demócrata muy amigo de Joseph Biden que se ocupa de la agenda de América Latina en nombre del presidente de los Estados Unidos. La reunión sucedió en el Hotel Plaza y sirvió para que el mandatario electo explique su programa económico y su perspectiva del tablero internacional. Dodd, a su turno, ratificó la voluntad de la Casa Blanca de apoyar a la Argentina en un escenario de grave crisis económica.
Tras el cónclave con Dodd, Milei almorzó con Bill Clinton, expresidente de los Estados Unidos. Durante la comida, Clinton explicó al presidente electo acerca de la importancia de utilizar las primeras semanas de gestión para asumir las medidas políticas más importantes sin pérdida de tiempo.
Mientras que el encuentro de Milei con Dodd fue una señal clara de acercamiento ejecutada por la administración Biden, el almuerzo con Clinton fue una muestra de la amistad que tiene desde hace veinte años con Gerardo Werthein. En la comida también estuvieron Karina Milei, el embajador de Estados Unidos en la Argentina, Marc Stanley, el futuro jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y Santiago Caputo, asesor clave de Milei.
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