Empresario descuartizado: cuatro arrestados y dos prófugos en un plan premeditado
Pasaron 22 días desde que unos chicos que jugaban a la pelota divisaron las extremidades de un cuerpo en un arroyo de Lomas de Zamora. A Fernando Pérez Algaba (41), se supo después, lo mataron de dos disparos en el tórax. Para esconder su cadáver, lo descuartizaron y lo separaron en una valija, una mochila y una bolsa de residuos.
Sus restos fueron encontrados entre el 23 y el 25 de julio que en el Arroyo del Rey de Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora, al sur del Conurbano. Según los investigadores, lo mataron entre las 18 del 18 de julio de 2023 y las 3 de la madrugada del 19.
Este lunes tres hombres y una mujer fueron detenidos acusados por el crimen del trader, al que conocían como “Lechuga”. El fiscal Marcelo Domínguez, de la UFI N° 5 de Lomas de Zamora, pidió siete detenciones al juez Sebastián Monelos, del Juzgado de Garantías N° 4 de Lomas de Zamora, que rechazó dos de esas solicitudes al considerar que no había evidencias suficientes.
Los detenidos fueron identificados como Matías Ezequiel Gil, Fernando Gastón Martín Carrizo y Luis Alberto Contreras.
Buscan a otros dos sospechosos que admitieron haber estado con la víctima el día que desapareció.
Se trata de Maximiliano Pilepich (45) y Nahuel Vargas (43), los dos amigos con los que “Lechuga” Pérez Algaba se encontró en el predio “Renacer” de General Rodríguez el 18 de julio, según declararon, para concretar el pago de una deuda.
En sus declaraciones hicieron referencia al pago de 150 mil dólares pero, entre otras contradicciones, la fiscalía determinó que habían acordado el pago de 50 mil dólares y la entrega de siete lotes del predio “Renacer”, en el que Pilepich construía un barrio privado. Fue precisamente en ese predio de Ruta 6 y Ruta 7, en General Rodríguez, que Pérez Algaba fue visto por última vez.
Pilepich y Vargas están acusados de “homicidio cuádruplemente agravado por su comisión con arma de fuego, por alevosía, codicia y cometido por el concurso premeditado de varias personas en concurso real con falso testimonio”.
Un plan premeditado para cometer el crimen
Para el fiscal, hubo un plan premeditado para cometer el crimen, según pudo constatar a través de las comunicaciones telefónicas previas y posteriores al hecho. Todos tuvieron “múltiples” conversaciones antes y después del crimen.
“Entre las 18 del 18 de julio y las 3 de la madrugada del 19 de julio varias personas”, entre quienes mencionó a Maximiliano Ezequiel Pilepich, Nahuel Sebastián Vargas, Matías Ezequiel Gil, Luis Alberto Contreras, Alma Nicol Chamorro y Fernando Gastón Carrizo, de manera “premeditada, con previa división de tareas” mataron a Fernando Pérez Algaba, explica el pedido de detención firmado por Domínguez.
Para la fiscalía, siguiendo con “un plan criminal”, “seccionaron y embalaron el cuerpo”.
Después lo colocaron “en una valija roja, en una mochila negra con inscripciones del Municipio de Lomas de Zamora y en un envoltorio confeccionado con bolsas de nylon negra, tipo consorcio, lo arrojaron al Arroyo del Rey”.
En los pedidos de detención describen el vínculo de Pilepich con Pérez Algaba como de “amor-odio” y como “una relación de negocios de mucho tiempo”, atravesada por “discusiones, peleas y amenazas”.
Según el diario Clarín, para alcanzar las detenciones, fue determinante el análisis de los celulares y el registro de las antenas de General Rodríguez, Moreno, Hurlingham e Ituzaingó. También los registros de las cámaras de seguridad.
El teléfono de la víctima, explican, impactó en distintas antenas durante varias horas. Los peritos tomaron 10 puntos clave de estas antenas y analizaron la coincidencia de otros números que impactaran en esas horas en esos lugares. Así, armaron una red de posibilidades en las que detectaron a varias personas haciendo los mismos recorridos.
Quiénes son los detenidos
Matías Ezequiel Gil aparece en los registros telefónicos en conversaciones con Pilepich, el 18 de julio, alrededor de las 11.50, en un domicilio vinculado a Pilepich, en la calle Londres al 1600, en la zona de Castelar y Hurlingham. Unos 20 minutos después tiene llamadas con Vargas. Y a las 13 con la pareja de Pilepich y la gestora de Pérez Algaba, Flavia Lorena Bomrad.
Lo más extraño es que esperó en la bajada de Puente Gnecco en Moreno, alrededor de las 19.30, donde coincide su teléfono, el que usaba Pilepich y el de la víctima. Todos en la misma zona, a la misma hora, en el mismo lugar. Clarín había anticipado que los teléfonos de Pilepich, Vargas y Pérez Algaba habían sido tomados por las mismas antenas, lo que llamó la atención de los investigadores.
Al día siguiente, continúan los cruces de llamadas y lo detectaron a las 9.24 en el predio de Renacer, en General Rodríguez, coincidentemente con Pilepich y con llamadas, otra vez, con Flavia Bomrad.
Según confiaron los investigadores, Gil sería un socio comercial de Pilepich y trabajaba para él en sus emprendimientos de construcción.
Luis Alberto Contreras compartía no solo conocía a Maximiliano Pilepich, si no que compartían una causa por robo y hurto de automotor en Moreno, del 9 de diciembre de 2004. Desde entonces, cuando señalan a Pilepich por dedicarse a “cortar” autos de alta gama, eran “amigos”.
Para la parte acusadora, la madrugada del 19 de Julio Contreras y Pilepich estuvieron juntos en Ingeniero Budge. Los detectó a ambos la antena de la casa de Contreras, en la calle Euskadi a 4450, a unas diez cuadras del lugar donde finalmente fueron hallados los restos de Pérez Algaba.
Contreras no es un personaje nuevo para la causa: es el hermano de Nicol Chamorro (35), la única persona detenida hasta la semana pasada. Nicol es una mujer trans que cayó después de que Contreras la acusara.
Es que la valija roja en la que encontraron las piernas y los brazos de Pérez Algaba tenía el DNI de Contreras en su interior. Pero él acusó a su hermana de habérsela llevado un año atrás y, por eso, la detuvieron. Según los abogados de Nicol, la joven está acusada injustamente y sólo por la acusación verbal de su hermano, con quien no tenía vínculo después de que la echaran de su casa por su cambio de género.
Para los investigadores, de momento, la acusación no es infundada: la tienen registrada comunicándose con un familiar dando y recibiendo indicaciones sobre cómo intercambiar tarjetas SIM de teléfonos celulares.
Carrizo aparece en redes sociales compartiendo fotos con Pilepich desde hace, al menos, siete años. Incluso confirmaron el vínculo gracias a que su madre comentó una foto de los dos. Y ella es la titular de la línea que utilizaron para comunicarse.
Flavia Lorena Bomrad era la “mejor amiga” de Fernando Pérez Algaba. También la “gestora” que le manejaba la documentación en el negocio de la compraventa de autos de alta gama. El fiscal Domínguez había pedido su detención al encontrarla vinculada a la red de llamadas previas y postetiores al crimen, o al menos al momento que se presume que el trader fue asesinado. También porque encontraron una huella dactilar en el predio Renacer de General Rodríguez.
El juez le negó ese pedido porque le resultó que no eran suficientes las pruebas recolectadas al momento pero autorizó los allanamientos en su casa y en su auto.
Fue así que la DDI de Lomas de Zamora encontró “rastros de cabello similares al de la víctima” en su auto. Además de un aro que solía usar y manchas “presumiblemente temáticas”. Y se sumó a la lista de detenidos.
Esta tarde, los investigadores allanaban además un edificio en construcción en Londres al 1600 del partido de Hurlingham ante la sospecha de que allí pudo haber sido descuartizado el cuerpo de Pérez Algaba, según informó Télam.
Voceros judiciales confirmaron que el fiscal Domínguez indagará hoy a los nuevos detenidos.
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