La NASA detectó una anomalía en la Antártida que ha puesto en alerta a científicos de todo el mundo. A través del experimento ANITA (Antena Transitoria Impulsiva Antártica), la agencia espacial estadounidense captó una señal de radio inusual que proviene del fondo del continente helado. Lo inquietante es que la fuente de esta señal parece violar las leyes conocidas de la física de partículas, lo que abre interrogantes sobre fenómenos aún no comprendidos por la ciencia.
La señal fue captada desde un ángulo imposible: 30 grados por debajo del horizonte. Según los investigadores, esto implicaría que la señal atravesó miles de kilómetros de roca sólida desde el interior de la Tierra antes de emerger, lo cual no es compatible con el comportamiento conocido de los neutrinos cósmicos, las partículas que ANITA suele detectar al rebotar contra el hielo.
El hallazgo fue publicado en la revista científica Physical Review Letters y provocó una inmediata respuesta internacional. Equipos científicos de Estados Unidos y Argentina están trabajando juntos para tratar de descifrar este fenómeno que podría cambiar nuestra comprensión del universo.
Un fenómeno que desconcierta a la comunidad científica
El equipo de investigación inicialmente barajó la posibilidad de que se tratara de un leptón tau, un tipo de neutrino que al desintegrarse produce una “lluvia de aire”, una cascada de partículas secundarias. Sin embargo, el ángulo de detección y la intensidad de la señal no coinciden con ningún patrón conocido de este tipo de partículas, descartando por el momento esa hipótesis.
La física Stephanie Wissel, de la Universidad Estatal de Pensilvania y miembro del equipo de ANITA, fue clara: “La señal no corresponde al comportamiento típico de los neutrinos. Algo más está ocurriendo bajo el hielo de la Antártida”. Además, otros detectores como el IceCube (ubicado también en el Polo Sur) y el Observatorio Pierre Auger en Argentina no registraron nada similar.
Este silencio de los demás instrumentos fortalece la hipótesis de que la señal podría estar relacionada con partículas hasta ahora desconocidas o incluso con manifestaciones de materia oscura, una de las mayores incógnitas de la física moderna.
La NASA prepara un nuevo dispositivo para resolver el enigma
Ante la magnitud del hallazgo, la NASA ya trabaja en una nueva herramienta para estudiar el fenómeno con mayor precisión: la Carga Útil para Observaciones de Ultraalta Energía (PUEO). Este nuevo instrumento será más grande y mucho más sensible que ANITA, y su desarrollo estará a cargo de la Universidad Estatal de Pensilvania.
PUEO tendrá como objetivo confirmar la naturaleza de la anomalía y permitir una observación más detallada de estas misteriosas señales. Se espera que este nuevo experimento comience a operar en los próximos años y aporte datos clave para entender si estamos ante un nuevo tipo de partícula, una falla en las teorías actuales o incluso evidencia indirecta de materia oscura.
Mientras tanto, la ciencia se enfrenta a un enigma que no tiene precedentes. La anomalía detectada por la NASA en la Antártida podría ser la puerta de entrada a una nueva era en la comprensión del universo.
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