Un niño de Rosario del Tala vendió naranjas arrancadas de dos árboles que tiene su abuela para comprar las cámaras que necesitaba para su bicicleta, con la que cada jornada concurre a la escuela.
Jeremías tiene 10 años pudo saber EntreRíosYA. Concurre a quinto grado en la Escuela N° 1 “Onésimo Leguizamón”. El pequeño, que es muy buen alumno, contó que se le “rompió la bici que usaba para ir a la escuela y hacer mandados. Para arreglarla me puse a vender naranjas”.
Sobre cómo se le ocurrió la idea, detalló que fue a la casa de su abuela y que ella le dijo: “Jere, qué tal si bajamos naranjas”. Fue así que las arrancaron “las lavamos, las embolsamos, las pesamos y las vendimos”.
Comercializó más de 40 bolsas, de tres kilos, a 200 pesos cada una cada una pudo saber EntreRíosYA de lo informado por Elonce.
Su mamá, Aldana, relató que anteriormente regalaban cítricos en el barrio y “los vecinos le empezaron a preguntar si no tenía o vendía naranjas. Así surgió la idea”.
“La venta surgió a último momento. Se acordó que tenía las dos cámaras rotas”, expresó. Manifestó que fue un trabajo familiar, en equipo: “Mientras unos bajaban las naranjas, otros las lavábamos y luego embolsábamos”.
Asimismo, contó que “mis hermanos son vendedores ambulantes. Andan siempre en la calle, vendiendo ropa, quesos y otros productos. Mi mamá vende leña. Somos así todos, en la familia”.
Y acotó: “Nosotros íbamos a comprarle las cámaras, pero fue la casualidad que fuimos a la casa de mi mamá y surgió esta idea, antes que se pudran”.
La mujer expresó que “me siento súper orgullosa” por la actitud de su hijo “más que nada para que aprenda a valorar las cosas, porque hoy está complicado y todo es una ayuda. Es algo que lo beneficia a él, pero también a la gente”, por el precio a las que las vendía.
“Yo trabajo en mi casa, corto el pelo, hago uñas. En la familia venimos así”, buscándole la vuelta a la vida, añadió.
Y acotó que tiene otra hija, Cielo, de 2 años que “ayer pesaba las naranjas con la abuela y el hermano. Embolsaba y repartía”.
Finalmente, Aldana le agradeció a toda la gente que le compró y a aquellos que resaltaron su iniciativa. “Estamos muy contentos por lo que vendimos. Teníamos pensado comprar una cámara” y con esto podrán “adquirir las dos”, cerró.
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