Murió Ricardo Finkel
En 1981 Frank Sinatra llegó a la Argentina por primera vez y detrás de su visita Ricardo Finkel ocupó un rol fundamental. El productor gestionó los shows que quedaron envueltos entre misterios, deudas y distanciamientos. Luego de enfrentar una dura enfermedad, falleció este viernes a los 77 años.
Familiares de Finkel confirmaron a Télam que murió luego de sufrir problemas vinculados a su aparato respiratorio. A lo largo de su vida mantuvo una estrecha relación con Frank Sinatra, de manera que la lamentable noticia conmocionó a la hija del músico quien no dudó en expresar sus condolencias.
Si bien Finkel gestionó las visitas de Al Di Meola, Billy Preston, Joan Báez y Tony Bennet, entre otros, los seis shows que organizó para Sinatra marcaron un antes y después de su carrera. Y es que la millonaria visita implicó seis años de gestión y una fuerte crisis económica que no opacó su amistad con el artista.
Robbie Finkel, hijo del productor recordó que “la única razón por la cual vino Sinatra a la Argentina fue por mi papá” y aclaró que “Palito Ortega se sumó como financista recién un año antes de su llegada”.
El sueño de contar con la presencia de “La Voz” en el país inició en 1975, momento en que Finkel empezó a viajar a Estados Unidos para establecer relaciones con el entorno de Sinatra. “Primero con su secretaria, después con la secretaria del abogado y mánager de Sinatra, hasta que finalmente dio con el abogado”, recordó Robbie.
Debido a la trayectoria como productor musical, Finkel logró ganarse la confianza del entorno de Sinatra pero “terminaron eligiéndolo a él por la relación”, resaltó su hijo. De hecho, recordó que primero se hizo un acuerdo de palabra y pese a la aparición repentina de grandes promotores, el abogado de Sinatra cumplió con el acuerdo hecho de antemano.
De esa manera, el productor se encargó de coordinar los shows, mientras que “Palito” Ortega fue el financista y director general de la visita. Así, en medio de un país convulsionado a nivel social, político y económico a causa de la dictadura militar, Finkel cumplió su “sueño de chico” y gestionó cuatro cenas show de Sinatra en el Hotel Sheraton como así también los dos conciertos en el Luna Park.
Al tratarse de un evento único y millonario, la situación económica del país jugó en contra de Finkel y “Palito” Ortega, quienes quedaron en bancarrota pese al éxito de los shows. De hecho, el productor perdió su casa familiar mientras que el cantante tucumano enfrentó una pérdida millonaria dado que el “cachet” estuvo pautado en dólares y por aquel entonces la inflación llegó al 400 por ciento.
Los periodistas Diego Mancusi y Sebastián Grandi son autores del libro “Operación Sinatra” donde relatan algunos episodios detrás de la visita de Sinatra a la Argentina. Tras la muerte de Finkel, lo recordaron como el “artífice clave” de la llegada del artista y lo recordaron como “un enamorado absoluto de su música y de su leyenda”.
Si bien la pasión musical y admiración por Sinatra unió a Finkel y “Palito” Ortega, luego del show los socios se distanciaron y con el tiempo se disputaron desde la paternidad de la idea hasta la relación con Sinatra.
Luego del esperado show, Palito Ortega mantuvo un breve vínculo con Sinatra pero con el tiempo “no vuelve a verlo más”. Sin embargo, Finkel conservó la amistad y se reencontraron en San Pablo y Nueva York, recordaron los periodistas en su libro.
A lo largo del tiempo, la admiración quedó intacta y en 2017 el productor organizó la muestra “Sinatra Centennial Experience” por los cien años del nacimiento del cantante. Allí exhibió desde imágenes a testimonios sobre su visita al país. Más allá de su fanatismo, también conservó una estrecha relación con el entorno del artista. De hecho, la hija de “La Voz” llamó a la familia del productor al enterarse de su muerte.
Anécdotas y misterios en torno a un presunto mensaje político
Más allá de la negativa situación económica en la que quedaron los organizadores, el show de Sinatra es recordado de manera positiva. Detrás del mismo, varias anécdotas quedaron entre los fanáticos, dado que el músico hizo pedidos exclusivos.
Una de las más recordadas es que Sinatra pidió un piano en su camarín del Luna Park, y como no entraba, tuvieron que desarmarlo y volver a armar. Además, pidió que el escenario estuviera en el centro del estadio para que sea similar a los combates de boxeo. Por tal motivo, se tuvo que reorganizar el espacio, luces y sonido.
Dado que la llegada de Sinatra se produjo en plena dictadura militar, los autores de “Operación Sinatra” plantean que el cantante no sólo arribó al país para brindar shows, sino también para dar un mensaje político. En ese momento, los diplomáticos mantenían una “recepción fría” pero el artista tenía un perfil diferente y por eso, se presume que pudo haber sido enviado por Ronald Reagan.
Si bien los periodistas intentaron indagar en el tema, Finkel siempre mantuvo su lealtad hacia Sinatra y pese a las consultas, nunca habló sobre el presunto mensaje político. Por otra parte, los autores del libro sostienen que el músico era un agente de la CIA y “su cercanía con el crimen organizado está probada”.
De hecho, plantearon que era funcional a los intereses de la Casa Blanca y debido a la magnitud de su personaje, solía ser intermediario entre el gobierno de su país y otros. Es así, que en su visita a la Argentina mantuvo diálogo con el presidente de turno.
De esa manera, la llegada de Sinatra al país no solo dejó el recuerdo de sus presentaciones sino también una gran cantidad de historias que lo vinculan a Finkel, Palito Ortega, la política y las condiciones propias de una estrella mundial.
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