Cuando solo quedan cuatro ruedas antes de las elecciones legislativas, el Gobierno intenta acumular buenas noticias económicas para contener la tensión cambiaria. En las últimas horas se confirmó la firma del swap con Estados Unidos por US$20.000 millones y se anunció una reestructuración de bonos soberanos de deuda. Este jueves, además, el día comenzó con un mensaje de respaldo de Washington hacia la administración de Javier Milei.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, afirmó: “No queremos otro estado fallido en América Latina, y una Argentina fuerte y estable como buen vecino es explícitamente de interés estratégico para los Estados Unidos. El presidente Trump está liderando el camino en el Hemisferio Occidental y nuestra administración apoya los planes de reforma actuales del presidente Milei y su estrategia fiscal prudente para hacer que la Argentina sea grande de nuevo”.
Se trató de la primera confirmación pública de Estados Unidos sobre la suscripción del acuerdo financiero, un gesto que el Gobierno argentino esperaba para reforzar su frente externo antes de los comicios.
El dólar mantiene su tendencia alcista
Pese al intento oficial por enviar señales de estabilidad, los agentes económicos mantienen la cautela ante la incertidumbre política posterior al domingo. En ese contexto, el dólar mayorista cotiza a $1.481,34, una suba de $3,95 (+0,27%) respecto del cierre previo.
El techo de la banda de flotación se ubica actualmente en $1.491,07, apenas $10 por encima del valor actual. De alcanzarse esa cifra, el Banco Central deberá intervenir con ventas de reservas para abastecer la demanda del mercado.
En tanto, el dólar oficial minorista se vende en las pizarras del Banco Nación a $1.505, lo que representa un avance de $10 (+0,7%) y marca el nivel nominal más alto del último mes.
Las medidas económicas y los respaldos internacionales llegan en un momento clave, con el Gobierno buscando calmar expectativas cambiarias y evitar sobresaltos previos a las elecciones legislativas del 26 de octubre.
Sin embargo, los analistas financieros coinciden en que la volatilidad persistirá hasta conocerse el resultado electoral y las definiciones sobre la política económica posterior.