Los gatos y su curiosidad: 10 plantas que son tóxicas para ellos y cuáles son los síntomas

Los gatos son animales curiosos por naturaleza. En ocasiones, también necesitan purgarse para depurar su sistema digestivo o solventar algún déficit alimentario. Un comportamiento que facilita la expulsión de las bolas de pelo que ingieren cuando se asean con la lengua.

Por eso, es habitual que tiendan a mordisquear las plantas que decoran los hogares de sus dueños, a los que les conviene saber que algunas de ellas pueden ser altamente tóxicas para los felinos. Las consecuencias pueden ir desde malestares leves hasta intoxicaciones graves. Así que saber identificar las especies peligrosas, tomar medidas preventivas y saber cómo actuar en caso de ingestión, resulta fundamental para la seguridad de sus peludos compañeros.

Plantas tóxicas para los gatos

Estas son algunas de las plantas de interior y exterior más comunes en las terrazas y jardines de los hogares y que pueden ser peligrosas para los gatos:

Adelfa o baladre (Nerium oleander): Atención a una de las plantas más venenosas para los felinos ya que puede ocasionarles problemas cardíacos severos.
Laurel (Laurus nobilis): Entre los componentes de esta planta aromática hay uno venenoso para los gatos, el eugenol. Causa problemas digestivos que pueden desembocar en una obstrucción intestinal.
Lirio (Lilium spp.) y Azucena (Hemerocallis spp.): Ambas son extremadamente tóxicas para los gatos. Su ingesta, incluso en pequeñas cantidades, puede provocar insuficiencia renal aguda.
Potos (Epipremnum aureum): Muy común en el interior de las viviendas por su gran resistencia, puede provocar vómitos, irritación oral y problemas digestivos.
Filodendro (Philodendron spp.): Es otra popular planta de interior cuyo consumo puede provocar irritación oral, babeo excesivo y vómitos.
Dieffenbachia (Dieffenbachia spp.): Esta planta tropical contiene cristales de oxalato de calcio, que causan hinchazón en la boca, dolor intenso y dificultad para tragar.
Aloe vera (Aloe barbadensis miller): Aunque tiene propiedades beneficiosas para los seres humanos, su ingesta en gatos puede causar diarrea, vómitos y dolor estomacal.
Tulipanes y narcisos (Tulipa spp. y Narcissus spp.): Sus bulbos contienen sustancias tóxicas. Pueden provocar vómitos, diarrea, además de problemas cardíacos.
Hiedra (Hedera helix): Si se ingiere en grandes cantidades, puede causar vómitos, diarrea y dificultades respiratorias.
Marihuana (Cannabis sativa): Su consumo puede afectar al sistema nervioso, que se manifiesta en síntomas como descoordinación motora y letargo.
Poinsettia (Euphorbia pulcherrima): La comúnmente conocida como flor de Pascua tiene doble peligro. Su ingesta o el roce con ella provoca irritación en piel y mucosas y problemas en los ojos, como conjuntivitis.

Síntomas de intoxicación en los gatos

Cuando un gato ingiere una planta tóxica, los síntomas van variar según la cantidad consumida y la especie de que se trate. La mayoría son el resultado de irritación o inflamación, como enrojecimiento, hinchazón o picazón de la piel o la boca, pero hay otros ante los que conviene tomar medidas de inmediato. En general, los signos de alerta incluyen:

– Vómitos y diarrea
– Hipersalivación
– Dificultad para respirar (disnea)
– Debilidad o letargo
– Convulsiones (en casos graves)
– Insuficiencia cardiaca y renal

Mi gato se ha intoxicado, ¿qué hago?

Ante la sospecha de intoxicación por ingesta de una planta venenosa para los gatos es importante seguir estos pasos:

– Retira cualquier resto de la planta que quede en su boca para evitar que la cantidad consumida sea aún mayor y limpia esta con agua.
– Identifica la planta y recoge una muestra para facilitar el posterior diagnóstico.
– No provoques el vómito, a menos que un veterinario te lo indique. Puedes provocar una neumonía por aspiración.
– Acude inmediatamente al veterinario.

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