Lava autos y robaron sus elementos de trabajo, pero apareció la solidaridad

Lava autos y robaron sus elementos de trabajo, pero apareció la solidaridad

Juan es de la localidad mendocina de Rivadavia, tiene 66 años y hace dos años lava y aspira autos. Se levanta todos los días, toma su bicicleta y emprende viaje rumbo a su trabajo. Desde hace dos años se dedica a lavar autos y con eso más una pensión logra “salir de la línea de la indigencia”, según relató en diálogo con el diario El Sol de Mendoza.

Cuando arrancó, su hermana le compró una aspiradora gracias a un préstamo, pero hace un mes le robaron el aparato. “Se me vino la noche, la mayoría de los clientes pide lavado y aspirado”, contó.

Entre esos clientes estaba Belén Gallo Cappelloni, una mujer que cada 15 días le brinda trabajo. “Hace unas semanas lo llamé para que viniera a lavar los autos de la familia y me dijo que estaba disponible, pero que tenía un inconveniente porque le habían robado la aspiradora, por lo que el trabajo lo estaba haciendo de manera manual”.

Cuando Juan se presentó en su hogar, Belén se sorprendió al ver cómo con un pincel y una botella de gaseosa cortada al medio realizaba el trabajo para limpiar el interior de su vehículo. Le pidió permiso para contar su historia en las redes y de ese modo hacer una campaña de recaudación entre sus contactos de Facebook para lograr que Juan compre una nueva aspiradora.

 

“Al principio Juan no estaba de acuerdo, ya que decía que con una usada estaba bien. Sin embargo, tras la publicación, la solidaridad de la gente fue increíble. En menos de 24 horas logramos recaudar $15.000 que no solo alcanzó para comprar el aparato, sino que también se compraron elementos para limpiar los vehículos“, contó la mujer.

Volver a empezar
Para Juan lo ocurrido fue un milagro de Dios. “Durante 15 días estuve sin aspiradora y en ese tiempo no recibí ni un llamado para trabajar. Cuando me entregaron el aparato, el teléfono explotó. El trabajo se multiplicó y todo fue de boca en boca“, contó emocionado el trabajador.

El hombre tiene colocados dos stent de arterias coronarias y, a raíz de su condición, percibe una pensión. “No puedo hacerme el loco ni esforzarme mucho porque ya no soy un pibe de 21 años. Tengo que cuidarme, pero también tengo que subsistir, por eso, trato de cumplirles a todos mis clientes”, contó. Y agregó que lava entre 5 y 6 autos diarios.

Juan vive solo, en una casa ubicada en el centro de Rivadavia. Es separado, tiene dos hijas y un nieto que, según contó, es la luz de sus ojos. “No quiero revelar muchos detalles porque soy muy reservado con mi vida privada”, aclaró, pero no ocultó su amor por sus familiares.

 

Pese a su timidez, el hombre se caracteriza por ser un verdadero ejemplo: “Si tuviese que definir a Juan, diría que es un ser muy alegre, siempre llega de buen humor, es muy voluntarioso, respetuoso y muy humilde”, contó Belén.

“Con esta colecta lo que se pretendió fue poder brindarle tranquilidad económica, al menos, por un tiempo. Él únicamente tiene que ocuparse de trabajar, el resto ya lo tiene”, cerró la clienta.

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