La UNER convoca a 300 voluntarios para estudiar sus lágrimas
Investigadores de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) precisa de la participación de 300 voluntarios con el objetivo de desarrollar tecnología innovadora en oftalmología y, para esto, precisan estudiar lágrimas.
El proyecto es dirigido por Martín Zalazar, perteneciente al laboratorio de Prototipado Electrónico y 3D que tiene como meta analizar las características de la lágrima con un dispositivo médico que se encuentra en etapa de prueba. Según indicó Zalazar, el equipo de investigadores desarrolla un biosensor “basado en la tecnología de microbalanza de cristal de cuarzo” y abordan el problema global del síndrome de ojo seco, que afecta a 350 millones de personas en todo el mundo y que conduce a problemas de visión e incluso cegera.
En este sentido, la solución propuesta es “un biosensor de vanguardia que ofrece una evaluación rápida y no invasiva de las lágrimas y también personaliza el tratamiento, lo que lo convierte en un punto de inflexión en optalmología y en varias especialidades médicas en general”. “Las lágrimas son un fluido corporal crucial para mantener la salud ocular y su calidad y cantidad pueden estar relacionadas con varias patologías sistémicas”, agregó Zalazar.
Por otro lado, indicó que el dispositivo desarrollado beneficiará no sólo a pacientes con síndrome de ojo seco, sino con otras patologías oculares relacionadas: “El diagnóstico preciso ayudará a los oftalmólogos a evaluar la efectividad de los tratamientos y a realizar intervenciones oportunas para mejorar la salud ocular de los pacientes”.
Cómo participar del estudio
Quienes tengan interés en participar como voluntarios deberán completar sus datos en un formulario digital. La convocatoria está destinada a personas de entre 18 y 80 años, que deberán presentarse en el Centro de Medios de la Facultad de Ingeniería (Oro Verde, Ruta provincial 11 km 10). Al respecto, Zalazar indicó que el estudio de lágrimas tendrá lugar entre el 18 de marzo y el 12 de abril, pero podrá extenderse de resultar necesario.
La finalidad es “establecer un rango de normalidad mediante la evaluación de la lágrima utilizando el biosensor desarrollado. Para ello, se llevará a cabo una sesión de 10 minutos en el Laboratorio de Prototipado de la Facultad, donde se entrevistará a los participantes para obtener información como edad, peso, sexo y antecedentes relevantes. Luego, se procederá a la obtención de muestras de lágrimas, de manera no invasiva y sin dolor, con un capilar descartable y, finalmente, serán analizadas”, detalló.
Consultado sobre el siguiente paso, una vez completada esta etapa, el investigador refirió que buscarán “dirigirnos hacia una población con alguna patología ocular específica. Utilizaríamos los mismos procedimientos de recolección de muestras de lágrimas y análisis, pero esta vez enfocándonos en pacientes diagnosticados con la patología en cuestión”. (Fuente:UNO)
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