La sequía también impacta en la vitivinicultura entrerriana y adelanta cosechas
La actividad vitivinícola que se desarrolla en Entre Ríos también está siendo afectada por las condiciones climáticas: la sequía y el calor acelera el proceso de maduración de la uva y con ello se adelantan los tiempos de la cosecha.
Flavia Muñoz, referente de la bodega Los Aromitos, expresó que este 2023 “nos encontró con un clima mucho más áspero que siempre. La sequía y el muchísimo calor aceleró el proceso de maduración de la uva y ese sol que impacta en la planta acelera el proceso de fermentación. Al momento de controlar los grados brix para la cosecha, tuvimos que adelantarnos casi un mes y reestructurar las fechas”.
Generalmente la cosecha se realiza en el mes de febrero. Este lunes, ya “cosechamos el Syrah y parte del Malbec”.
Todos los productores vitivinícolas de la provincia están en la misma situación. “Nosotros todos los años estamos aprendiendo y viendo cómo va yendo cada vino y este año tuvimos que implementar un sistema de riego por goteo, como se usa en Mendoza, si bien no somos partidarios de esa medida, pero la sequía nos obligó”, contó.
Concretamente, Muñoz afirmó que la cosecha se adelantó dos semanas, “que es muchísimo para la fermentación y el ciclo de la vid. Una vez que la uva de mesa está madura, a fines de diciembre, se empieza a tener en cuenta al resto de las uvas para la fermentación de vino y al momento de controlar y abrir, estamos viendo que, de una semana a otra, se acelera demasiado y hay que estar atentos, no nos podemos pasar ni adelantarnos porque eso influye en la calidad del vino. Uno no puede prever sobre las cuestiones climáticas”, reflexionó.
Finalmente, Muñoz mencionó que el tannat, que es la cepa insignia de Entre Ríos y que generalmente se cosecha a fines de febrero, “ya la estamos cosechando en una semana o dos”.
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