La retenciones al campo entrerriano generaron una pérdida de casi 7 mil millones de dólares en los últimos 15 años

La Bolsa de Cereales de Entre Ríos (BolsaCER) presentó un informe en conjunto con la Facultad de Ciencias Económicas de la UNER. Allí cuantifica el impacto económico que los derechos de exportación generan sobre los productores agrícolas de la provincia. Según el estudio, esta política fiscal ha privado al agro entrerriano de casi 7.000 millones de dólares en los últimos 15 años.

El documento analiza los efectos distorsivos que las retenciones provocan en cultivos clave como soja, maíz, trigo, sorgo y girasol. Estos tributos son trasladados al precio que reciben los productores en el mercado interno. De esta manera, reducen los ingresos de los actores del campo en contextos donde los márgenes productivos ya son ajustados.

Durante la campaña 2024/25, los productores de Entre Ríos dejaron de percibir cerca de 446 millones de dólares debido a los derechos de exportación. La reducción de alícuotas en esta campaña coincide con una proyección récord de producción de soja . Sin embargo, para la campaña 2025/26 se estima que las pérdidas rondarían los 371 millones de dólares.

A pesar de esto, el informe también destaca un leve alivio fiscal. Se trata de la decisión del Estado Nacional de mantener la alícuota del 9,5% para trigo y cebada hasta marzo de 2026. Esto generaría un impacto positivo de unos 12 millones de dólares adicionales para los productores entrerrianos.

Equivalencias

La magnitud de los ingresos no percibidos en estos 15 años son unos 6.994 millones de dólares. Equivale, según el informe, a la compra de aproximadamente 3.700 tractores, 479.000 vaquillonas con garantía de preñez, o más de 1.500 galpones avícolas modernos por campaña. Estos datos reflejan el costo de oportunidad que enfrentan los productores al verse obligados a resignar inversiones clave para la modernización.

Un aspecto crítico señalado en el informe es que los derechos de exportación son recaudados por el Estado Nacional y no son coparticipables. Esto significa que los fondos no retornan a las provincias ni a los municipios. Esta transferencia de ingresos limita la capacidad de inversión en infraestructura rural, caminos, asistencia técnica y servicios básicos.

“El productor entrerriano recibe precios menores a los internacionales, independientemente del destino final de su producción. Esta distorsión ha perjudicado seriamente la capacidad de inversión, desarrollo territorial y competitividad del agro en la provincia”, sostiene el informe.

Un freno al desarrollo local

“Por la presencia de los DEX, los productores reciben precios menores a los internacionales para su producción, sea cual sea su destino. La distorsión de precios generada por este tributo, que a lo largo de las últimas 15 campañas ha privado al agro provincial de casi 7.000 millones de dólares, lo cual afecta la capacidad de inversión, de modernización, de desarrollo territorial y a la competitividad del productor entrerriano”, indica el informe.

La BolsaCER y la UNER advierten que los casi 500 millones de dólares por campaña que el agro entrerriano deja de percibir podrían tener un efecto multiplicador en la economía local. Estos recursos permitirían mejorar la eficiencia y sustentabilidad del sistema productivo, fomentar el agregado de valor, dinamizar las cadenas agroindustriales, y fortalecer el empleo rural. Todo esto contribuiría al arraigo de los jóvenes en sus comunidades, evitando la migración forzada hacia las grandes ciudades.

Además, un agro más dinámico potenciaría la recaudación y planificación fiscal de los gobiernos locales, permitiendo inversiones en obras estratégicas como caminos rurales, clave para mejorar la logística y la competitividad de los productos entrerrianos.

 

Fuente: Chacra

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