La OMS ratificó que “no recomienda” la vacunación masiva contra viruela del mono
La Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió una actualización de la guía con las recomendaciones en relación a la vacunación para la prevención de la viruela del mono en la que advirtió que todavía no se sugiere su aplicación en forma masiva.
“El objetivo de la respuesta mundial al brote de viruela del simio es detener la transmisión de persona a persona, con un enfoque prioritario en las comunidades con alto riesgo de exposición que puede diferir según el contexto, y utilizar de manera efectiva medidas de salud pública sólidas para prevenir en el futuro la propagación de la enfermedad”, indica el comunicado del organismo.
En este contexto, llamó a un “uso juicioso” de las vacunas para respaldar esta respuesta y difundió una guía provisional, desarrollada con el asesoramiento y el apoyo del Grupo de Trabajo de Expertos en Asesoramiento Estratégico (SAGE) sobre vacunas contra la viruela del simio y la viruela.
Además aclaró que en este momento “el control de los brotes de viruela símica se basa principalmente en medidas de salud pública que incluyen vigilancia, rastreo de contactos, aislamiento y atención de pacientes” y que “si bien se espera que las vacunas brinden cierta protección contra la viruela del simio, los datos de eficacia son limitados”.
También advirtió que “la mayoría de las recomendaciones provisionales de vacunación proporcionadas aquí se refieren al uso no indicado en la etiqueta” de las vacunas.
Hechas esas salvedades, como primer punto el organismo señaló que “en este momento, no se requiere ni se recomienda la vacunación masiva para la viruela del simio”.
Además, indicó que “para los contactos de los casos, se recomienda la vacunación preventiva posterior a la exposición (PEPV) con una vacuna apropiada de segunda o tercera generación, idealmente dentro de los cuatro días posteriores a la primera exposición para prevenir la aparición de la enfermedad”.
Por otro lado, la OMS indicó que “se recomienda la vacunación preventiva primaria (PPV) para personas con alto riesgo de exposición, incluidos, entre otros, hombres homosexuales o bisexuales que tienen sexo con hombres u otras personas con múltiples parejas sexuales, trabajadores de la salud en riesgo, personal de laboratorio que trabaja con ortopoxvirus, personal clínico personal de laboratorio que realiza pruebas de diagnóstico para la viruela símica y otras personas que pueden estar en riesgo, según la política nacional”.
Además, señaló que “los programas de vacunación deben estar respaldados por una vigilancia exhaustiva y el rastreo de contactos y acompañados de una fuerte campaña de información, una farmacovigilancia sólida, idealmente en el contexto de estudios colaborativos de efectividad de vacunas con protocolos estandarizados y herramientas de recopilación de datos”.
En relación a las vacunas para aplicar, recordó que “algunos países han mantenido suministros estratégicos de vacunas contra la viruela adquiridas para el Programa de Erradicación de la Viruela (SEP) que concluyó en 1980. Estos programas de primera generación de vacunas mantenidas en reservas nacionales desde ese momento no se recomiendan para la viruela del simio en esta vez, ya que no cumplen con los estándares actuales de seguridad y fabricación”.
El organismo describió que en la actualidad hay desarrollos “de nuevas y más seguras (segundo y en particular tercera generación) vacunas contra la viruela, algunas de las cuales pueden ser útiles para la viruela del simio”, en tanto que dos de ellas (MVA-BN y LC16) “han sido aprobadas en varias jurisdicciones para la prevención de la viruela del simio”.
En ese sentido, destacó que “el suministro de las vacunas más nuevas, especialmente de tercera generación es limitado en este momento y se están debatiendo enfoques para mejorar el acceso a las vacunas”.
A modo de conclusión, la OMS enfatizó que “las decisiones sobre el uso de vacunas contra la viruela o la viruela símica deben basarse en una evaluación completa de los riesgos y beneficios caso por caso”.
La viruela del simio es una enfermedad infecciosa causada por un virus del género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae, relacionado con el virus que causó la viruela (erradicado en 1980).
Desde enero de este año, la enfermedad comenzó a aparecer en regiones fuera de donde es endémica (África) y hasta el 23 de agosto se habían notificado a nivel mundial más de 41 mil casos en 96 países, de los cuales un 60% fueron en la Región de las Américas y un 38% en Europa.
En Argentina, el número de casos confirmado asciende a 127.
El 23 de julio de 2022, la OMS declaró el brote mundial de viruela del simio como una emergencia de salud pública de importancia internacional (PHEIC).
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