En Colón hay preocupación por la instalación de una planta de hidrógeno verde del otro lado del río

En Paysandú se proyecta la construcción de una planta de hidrógeno verde que sería la mayor inversión en la historia de la República Oriental del Uruguay. Ciertos grupos ambientalistas están preocupados por la instalación de esta planta a la orilla del Río Uruguay. Según manifiesta, hay datos duros, fácticos y objetivos, que permiten inferir cuánto impactará en la ciudad de Colón, Liebig y en ese tramo del río.

Además, señalan que en realidad se usará al hidrógeno como insumo para producir cuatro combustibles con destino de exportación a Europa. Se trata de gasolina, kerosene para aviación, aceites lubricantes y gas. De a poco, las voces de preocupación han comenzado a cobrar más y más fuerza, tanto del lado argentino como del uruguayo.

La incertidumbre se agiganta por un acuerdo de “confidencialidad” firmado entre el Estado uruguayo y la empresa. Impide el acceso de las comunidades a toda la información necesaria para dimensionar con exactitud lo que está en juego. La Justicia uruguaya falló en contra de ese secretismo y obligó a publicar los datos ambientales. Sin embargo, la información no aparece.

Carlos Serrati es uno referentes de la Multisectorial Somos Ambiente de la Costa del Río Uruguay. “Si lo poco que conocemos nos preocupa, lo que se está ocultando nos preocupa muchísimo más”, razonó. La multinacional que acelera los pasos para sentar sus reales en la zona es HIF Global.

Según han resaltado desde la Municipalidad de Paysandú, la inversión ascendería a 6.000 millones de dólares y sería “la más importante en la historia del Uruguay”. El intendente Nicolás Olivera dijo que habrá “un antes y un después en Uruguay”, y auguró que todo el país se “abrace” a la economía del hidrógeno.

Preocupados por ese futuro, cada vez son más los actores que piden la “relocalización” de la planta de hidrógeno. Al mismo tiempo, demandan a las autoridades municipales, provinciales y nacionales a que se involucren y actúen.

Mucho más cerca de Colón que de Paysandú

Un primer dato tiene que ver con las distancias. El lugar elegido para levantar la planta, precisó Serrati, “está a apenas 3000 metros de Colón”. Se encontraría exactamente enfrente de la ciudad entrerriana. Respecto de Paysandú la separan 8 a 10 kilómetros. Por ende, varios de los cambios que provocaría su instalación repercutirán mucho más e incluso antes en Colón que en Paysandú.

Un segundo dato nada despreciable surge de las dimensiones. La planta de hidrógeno ocupará 220 hectáreas. Es decir el equivalente a un tercio de la superficie total de Colón, que es de aproximadamente 750 hectáreas”.

Un tercer dato objetivo es que ni siquiera las islas del Uruguay y su rica forestación impedirán que la fábrica y sus cuatro chimeneas se vean a simple vista desde Colón. De esta manera, se modificará radicalmente el paisaje.

El hidrógeno es un “insumo” y no el producto final

“Se habla de una planta de hidrógeno verde, cuando en realidad el hidrógeno verde es un insumo que se utiliza para la producción, primero, de metanol”, explicó Serrati. El metanol es la sustancia que mayor preocupación genera en la Multisectorial del Ambiente de Colón.

“Es un alcohol sumamente tóxico, muy inflamable, explosivo”, explicaron. Además, señalaron que “a partir del metanol obtienen cuatro combustibles: gasolina, kerosene para aviación, aceites lubricantes y gas. Eso es lo que van a comercializar en el exterior”.

El agua del río

“El agua es otro elemento clave en esta cuestión”, enfatizó Serrati. “Ellos dicen que van a tomar X cantidad de agua. En relación al caudal del río, lo que van a sacar para producir el hidrógeno es una cifra relativamente baja, cuando uno la mira en forma aislada”. Sin embargo, Serrati alertó que “la forma correcta de analizar esta situación” es a partir de determinar la “capacidad de carga que tiene el río Uruguay”.

El integrante de la ONG colonense aportó algunos ejemplos que impactan en esa “capacidad de carga” del río de los pájaros: “desde la extracción de agua potable, que es devuelta como agua servida por las distintas comunidades, más las industrias que existen en Brasil, más los represamientos, más todo lo que podemos sumar que conocemos y lo que no conocemos que está volcándose al río Uruguay, como las escorrentías de la producción agrícola. Eso nos da un semblanteo de cómo está el río Uruguay hoy. Es un estado digamos que delicado; no hablamos de crítico todavía, pero vamos en proceso de… ¿Por qué? Nos lo está demostrando toda esta proliferación año a año cada vez más numerosa de las cianobacterias. Eso nos indica que hay presencia de fósforo y nitrógeno en las aguas, más la temperatura por estiaje. Es decir, el río corre poco, ha cambiado la dinámica de escurrimiento del río Uruguay por este proceso de modificación del clima” , explicó.

Serrati no descartó que a todos esos factores que alteran la “capacidad de carga” se le sumen nuevas radicaciones industriales en la cuenca. “En base a lo que significa la hidrovía del río Uruguay, posiblemente vengan más empresas de estas características a instalarse”, advirtió.

 

Fuente: El Entre Ríos

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