El Vaticano aprobó la devoción a Nuestra Señora Rosa Mística
El Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) declaró que no encuentra, en los mensajes difundidos por Pierina Gilli, ningún elemento que contradiga las enseñanzas de la Iglesia católica sobre la fe y la moral. Esta declaración está incluida en una carta publicada el 8 de julio, firmada por el prefecto del Dicasterio, monseñor Víctor Manuel Fernández, y aprobada por el Papa Francisco.
La carta aborda la devoción a María Rosa Mística y los mensajes que Pierina Gilli afirma haber recibido de la Virgen María en 1947 y 1966. En la misiva, se destacan los aspectos positivos de estos mensajes, al tiempo que se señalan algunos elementos que requieren una aclaración para evitar malentendidos.
La “luz verde” a la experiencia espiritual de la Virgen de Fontanelle se produce tras las nuevas normas para discernir los supuestos fenómenos sobrenaturales, emitidas el 17 de mayo. Estas normas priorizan la evaluación de las consecuencias doctrinales y pastorales del fenómeno, en lugar de establecer su naturaleza sobrenatural.
La humildad de la visionaria
La carta sobre la Rosa Mística destaca los aspectos positivos de los escritos de Pierina Gilli, en particular su humilde y total confianza en la acción maternal de María. El Dicasterio señala que los escritos de Gilli no muestran vanidad, autosuficiencia ni orgullo, sino que muestran más bien una conciencia de ser bendecidos por la presencia de la Rosa Mística. Extractos de los diarios de Gilli ensalzan la belleza y la bondad de María y describen los profundos efectos que tiene en quienes la encuentran. El Dicasterio destaca que Gilli reconoce constantemente que las acciones de María dirigen a los creyentes hacia Jesucristo.
Entre las manifestaciones citadas en la carta, se encuentra también una del mismo Cristo, que inspiraba en la vidente una profunda confianza en él: “Al mirarlo, me sentí fuertemente atraída hacia él, hasta amarlo: ¡tan bueno, bello, misericordioso! ¡No tengo palabras para expresar lo que hizo que mi alma quedara cautivada por Él!”… [el Señor dijo:]”Mantén siempre tu mirada fija en Mí, para escrutar y adivinar lo que quiero de ti, es decir, deseo poseer totalmente tus facultades, para que puedas realizar siempre acciones inspiradas por mi Amor” (27 de febrero de 1952). Los mensajes de Gilli también expresan un fuerte sentido de comunión eclesial, ejemplificado por su aprecio por la nueva liturgia establecida por el Concilio.
La imagen correcta de Dios
El DDF explica que algunas expresiones de los diarios de Gilli requieren una interpretación, en particular las que presentan a la Virgen como mediadora que frena la justicia divina y los castigos. El contexto de los mensajes, en general, permite aclarar que no hay intención de presentar a Dios Padre o a Cristo como distantes o carentes de misericordia. La carta incluye otros mensajes que reafirman esta perspectiva, como la seguridad de María de que su Hijo Divino está siempre dispuesto a derramar su misericordia sobre el mundo.
El significado de las tres rosas
La carta aconseja evitar la imagen de María como mediadora “pararrayos”, un concepto que se utilizó a menudo en el pasado y que Gilli heredó. Las nuevas normas para discernir los fenómenos sobrenaturales reconocen que los verdaderos frutos espirituales pueden surgir de experiencias que incluyen expresiones teológicamente imprecisas. Las tres rosas, que significan “oración -sacrificio- penitencia”, centrales en la experiencia espiritual de Gilli, no deben verse como un mensaje universal para todos los creyentes. En cambio, el mensaje central del Evangelio sigue siendo la caridad, como se enfatiza en todo el Nuevo Testamento.
Jesús, el único Redentor
La carta aborda algunas expresiones inexplicadas utilizadas por Gilli, como “María Redención” (“Maria Redenzione”), “María de la Gracia” y “María Mediadora”. Reafirma que sólo Jesucristo es el único Redentor y que sólo el Señor puede otorgar la gracia santificante. El papel de María debe entenderse como intercesión maternal, ayudando a los creyentes a abrirse a la acción de la gracia santificante. Interpretados a esta luz, el DDF concluye que los mensajes de Gilli relacionados con María Rosa Mística no contradicen la doctrina de la Iglesia.
La historia de las apariciones
Las apariciones de María “Rosa Mística” y “Madre de la Iglesia” están asociadas a Fontanelle, ubicada al sur de Montichiari, en la provincia de Brescia, en el norte de Italia. Pierina Gilli, la vidente, nació en una familia de campesinos y trabajó como ama de casa y enfermera. Sus experiencias místicas abarcan dos períodos: la primera, en 1947, cuando la Virgen se le apareció con los títulos de “Rosa Mística” y “Madre de la Iglesia”; y la segunda en 1966, en Fontanelle. El 13 de mayo de 1966, la Virgen indicó un manantial específico como lugar de purificación y fuente de gracias. En 1966, se comenzó a construir un santuario en el lugar, diseñado como un anfiteatro abierto, con una capilla para celebraciones eucarísticas y una capilla más pequeña, que protegía el manantial.
Las opiniones de los obispos
En los años 60, el obispo de Brescia, Giacinto Tredici, no creía que las apariciones tuvieran un origen sobrenatural, opinión que compartieron sus sucesores. Sin embargo, en abril de 2001, con ocasión del décimo aniversario de la muerte de Pierina Gilli, el obispo Giulio Sanguineti nombró a un sacerdote para supervisar el culto en Fontanelle. El 17 de diciembre de 2019, el lugar mariano fue proclamado “Santuario diocesano de Rosa Mística-Madre de la Iglesia”, durante una celebración eucarística presidida por el actual obispo de Brescia, Pierantonio Tremolada, destinatario de la carta del DDF.
La devoción a la Rosa Mística en la Argentina
En la Argentina, la devoción a María Rosa Mística congrega a miles de devotos en el santuario dedicado a esta advocación, en la arquidiócesis de La Plata.
El santuario María Rosa Mística se encuentra en la parroquia Nuestra Señora De La Victoria, de la ciudad de La Plata. El templo se consagró en 1949 y, en la década de 1980, se convirtió en un lugar de peregrinación, con la llegada de la imagen de María Rosa Mística al templo.
En la esquina de la Calle 54 y 23 de la capital bonaerense, la difusión a la advocación por María Rosa Mística comenzó cuando el cura párroco, el presbítero Ángel Diamante D’ Auro, en 1985, tuvo la iniciativa de colocar una estampita de la Virgen, frente al altar.
Según contó el propio sacerdote en alguna ocasión, fue un religioso alemán quien le regaló al padre Ángel D´Auro Diamante (fallecido en 2020) una estampita de María Rosa Mística; al dársela le habló de favores concedidos y los milagros. D’ Auro la miró fijo, sonrió, la puso en el altar de Nuestra Señora de la Victoria y al costado le dejó una flor. Ese fue el hito fundante de un santuario por el que, con el correr de los años, peregrinaron y peregrinan miles de fieles católicos de la ciudad y del país.
“En 1977, empecé a hacer bendiciones con la estampita y cada día 13 -día de consagración a la imagen- era apoteótico ver la cantidad de gente que venía a la parroquia; a partir de ese momento, hice todo un apostolado de ayuda a los enfermos y vi cómo muchos se curaban”, contó el padre Ángel en ocasión de sus Bodas de Diamante sacerdotales, en 2015.
A partir de eso, comenzaron a producirse diversas manifestaciones de fe. En julio del 2005, el Camarín de la Virgen fue elevado a la categoría de santuario arquidiocesano y su popularidad se acrecienta cada vez más, desde entonces, como centro de peregrinación.
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