Detuvieron a financista acusado de cometer estafas por más de U$S 30 millones
El financista Luis Herrera fue detenido esta mañana, junto con sus dos hijos, investigado por millonarias estafas a partir de su default ocurrido en septiembre del año pasado. Las detenciones, pedidas por el fiscal Miguel Moreno, se realizan junto con una serie de allanamientos en sus domicilios particulares y profesionales a partir de las 7 de la mañana. Incluso, una dirección mal registrada demoró el inicio de las acciones judiciales. En concreto, su detención se produjo en su domicilio en Timbúes con orden de un juez de San Lorenzo.
Herrera acumula más de 60 denuncias penales en su contra de inversores por algo más de 10 millones de dólares. También tiene otra tanda de denuncias en la Justicia civil. En círculos financieros se estima que su deuda es de 30 millones de dólares.
Su defensa penal está a cargo del abogado Jorge Ihlarrescondo. Sus hijos también quedaron detenidos por ser parte del negocio. Y este jueves tendrá la audiencia imputativa.
El fiscal Moreno, a cargo de la Unidad Especial de Delitos Económicos Complejos, comentó que “los delitos que buscamos imputarle a Herrera son el de estafa, administración fraudulenta, lavado de activos y asociación ilícita.
En rigor, Herrera vivía en Rosario pero al verse que se le complicaba el frente penal, fijo residencial en una quinta en Timbués. Y es que, por su edad, puede acceder a prisión domiciliaria. Fue así que en los últimos días estuvo acondicionando su casa para una posible larga estadía.
Un caso de película
Herrera era uno de los financistas más renombrados de Rosario con más de 30 años de intachable trayectoria, paso por la Bolsa de Comercio y el mercado de futuros Rofex, pagando los mejores rendimientos del circuito. Es más, por años pagó una tasa de interés del 7 al 12 por ciento anual en dólares a sus ahorristas, un rendimiento único en el mercado.
Y si bien su frente era la agencia de Bolsa que supo ser de su suegro (Fernández Soljan), el grueso de sus negocios los canalizaba a través de una mesa personal paralela en la que decía tomar fondos de manera privada para realizar complejas operaciones de futuros en el mercado de Chicago, y eran precisamente esos negocios los que, decía, le generaban el rendimiento superlativo que le ofrecía por años a sus clientes.
Su default ocurrió a finales de 2021 por una deuda que se estima ronda los 30 millones de dólares. En 2020 empezaron a trascender sus primeros problemas de liquidez ya que no estaba en condiciones de devolver los depósitos que algunos ahorristas le querían retirar, si bien el pago de interés se mantenía sin problemas. No obstante en 2021, la situación se empezó a tensar cuando crecía la cantidad de ahorristas que no podían sacar sus fondos.
En octubre del año pasado la situación estalló cuando no pudo cubrir un faltante de 800 mil dólares en los saldos de sus cuentas en Fernández Soljah. Fue ahí que el Mercado de Futuros Matba Rofex informó la situación a la Comisión Nacional de Valores (CNV) y lo corrió del cargo de tesorero que tenía en la entidad. El órgano de control suspendió las operaciones de Fernández Soljan y ahí se desató la corrida sobre su financiera personal entrando ya en noviembre en un default total.
En diciembre del año pasado, Herrera presentó la convocatoria de acreedores. Según la presentación judicial, demás de los 800 mil de Fernández Soljan, que no está en convocatoria, y el crédito en Transatlántica, dijo tener 36 acreedores a los que les debe 7 millones de dólares. En definitiva, sumando sólo en blanco estaría debiendo 11 millones de dólares. Y como el grueso de su problema es la deuda blue, en el mercado se estima su deuda en torno a los 30 millones de dólares.
Pero el juez de primera Marcelo Quiroga se la rechazó por inconsistencias. Fue así que Herrera apeló antes de la feria judicial de enero. Pero a principios de junio, el tribunal de apelaciones volvió a negar la apertura. La resolución lleva la firma de los jueces Pablo Cifré, Ivan Kvasina y Ariel Ariza.
El revés en segunda instancia fue un duro golpe a su estrategia judicial. Luego de prometer a sus clientes un acuerdo privado, y sin nunca haber podido explicar las razones de su crisis de manera convincente, Herrera le estaba prometiendo a los acreedores una solución en el marco de la convocatoria, su última promesa a los clientes era insistir con la convocatoria, posibilidad cada vez más difícil.
En rigor, el financista nunca pudo presentar una “hoja de ruta” de cómo devolvería el dinero. Tampoco pudo ser muy preciso en las explicaciones sobre su crisis. Según les aseguraba a sus ahorristas tiene todo el dinero depositado en Estados Unidos, pero lo tiene inmovilizado y por eso no lo puedo girar a otras cuentas.
En paralelo a su agencia de Bolsa (Fernández Soljan), Herrera tenía un negocio financiero a nombre propio en la que tomaba dinero de particulares diciendo que lo colocaba en un fondo que realizaba complejas colocaciones en el mercado de futuros de Chicago que, sostenía, le permitían pagar altas tasas en dólares, que oscilaron el 7 y el 12 por ciento anual de manera constante por décadas.
Al estallar su crisis, algunos ahorristas lo denunciaron penalmente. Y fue así que sus domicilios (comerciales y particulares) fueron allanados y quedó inhibido en sede civil e interdicto en sede penal, además de embargado, y por eso no puede disponer de sus bienes.
Herrera acumula unas 60 denuncias penales, pero ya hay listas para presentarse otras tanda similar. Y también está avanzada una acción colectiva de al menos 60 inversores damnificados. Incluso, hay damnificados que pidieron la detención de Herrera, su esposa y sus dos hijos, entendiendo que hay riesgo de fuga.
Pero el dato es que en los allanamientos, que encabezó el fiscal Miguel Moreno, no se hallaron nunca indicios del supuesto fondo en el que colocaba el dinero para invertir en complejas operaciones financieras el mercado de futuros de Chicago, lo que alienta las hipótesis de que ese puede estar ante un esquema “ponzi” en el que Herrera podía mantener el giro siempre y cuando consiguiera nuevos inversores para pagarle intereses a los viejos ahorristas y que nunca le pidan el capital. Es más, en las audiencias civiles a las que asistió producto de las acciones civiles que ahorristas también iniciaron en su contra, Herrera negó ante el juez y las partes haber operado en el mercado de Chicago, como les prometía en privado a sus clientes con el dinero que recibía.
Precisamente, uno de los factores que alientan la hipótesis de una simple estafa es que Herrera nunca pudo explicar con claridad cómo se le provocó el descalce. Siguiendo esa línea, la Justicia deberá indagar si el dinero de sus clientes se perdió por negocios financieros que salieron mal en algún momento o si Herrera se lo quedó (en total o en parte), y por eso los fiscales siguen la pistas de algunas cuentas que tiene en el exterior.
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