Triple crimen tras un casamiento: los novios no aparecen y qué teléfonos faltan
El sorprendente relato de un invitado a la fiesta previa llenó uno de los huecos más importantes de la investigación sobre el triple crimen de Ibarlucea. Al mismo tiempo se abrieron otros interrogantes al margen del motivo de los asesinatos y faltan algunas piezas clave para el esclarecimiento del impactante caso ocurrido a 12 kilómetros de Rosario.
Aunque asistieron casi 150 personas al evento en el barrio privado ubicado cerca de la autopista a Santa Fe, sólo cinco de ellas declararon ante el fiscal Gastón Ávila en las 48 horas posteriores a la ejecución mafiosa. Los novios figuran entre los primeros que aportaron su testimonio. Sin embargo, desaparecieron desde entonces y aún no se presentaron ante la Justicia federal a pesar del pedido de captura para ambos.
La lista de invitados a la fiesta de Brisa Leguizamón y Esteban “Pinky” Rocha está manos del Ministerio Público de la Acusación (MPA) desde el día de los homicidios. Al igual que las víctimas, varios tienen aparentes conexiones con el tráfico de drogas e incluso asistieron familiares del clan Cantero, los cabecillas de la banda narco criminal “Los Monos”.
En ese contexto, no fueron muchos los que aportaron datos para agilizar la pesquisa y esclarecer por qué mataron a Iván Maximiliano Giménez (33), a su pareja Érica Vanesa Romero (37) y a su hija Elena (1).
La reticencia a colaborar con la fiscalía también quedó expuesta por la ausencia de dos elementos fundamentales en la escena del crimen: los teléfonos de las víctimas. Si bien el cuerpo de la mujer fue hallado a más de 3 kilómetros dentro de su auto incendiado, al conductor lo llevaron con su beba al Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria. Varias personas los auxiliaron después del ataque, cuando rompieron los vidrios del Audi TT y lo sacaron de una zanja frente al barrio privado Campos de Ibarlucea.
Sin embargo, los celulares desaparecieron desde entonces.
Según el secretario de Seguridad de Santa Fe, Jorge Bortolozzi, existen indicios de que Giménez y Romero fueron apuntados como responsables de la pérdida de un cargamento de 200 kilos de cocaína. Este antecedente es uno de los datos que analiza la Justicia rosarina a la hora de evaluar la hipótesis de una venganza planificada.
Por otra parte, el fiscal Ávila admitió la posibilidad de que los tiradores hayan contado con un informante dentro de la fiesta para preparar la emboscada. Al respecto, explicó que el auto de la pareja no era el que usaban habitualmente y una de las titulares es la hermana de la mujer acribillada. Por eso existe la chance de que alguien les haya avisado a los agresores en qué vehículo viajaban.
El ataque fue breve e implacable. Los delincuentes interceptaron a Giménez sobre la Ruta Provincial 34-S y el conductor decidió dar la vuelta para regresar hacia el salón. Cuando trató de reingresar a la ruta, mordió la banquina y despistó. En ese momento, los agresores pasaron frente a testigos en la puerta del country y dispararon más de 20 veces con armas calibre 9 milímetros.
Luego de las ráfagas de balazos, los autores del triple crimen siguieron su marcha hacia el oeste, en dirección a la Ruta Nacional 34. Desde entonces, la Justicia obtuvo las grabaciones de todas las cámaras del lugar donde se hizo la fiesta y busca más videos para dar con los responsables.
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