Argentina cerró la fase de grupos de la Americup con una agónica victoria ante Colombia, por 84 a 82, gracias a una conversión de Nicolás Brussino en el último segundo. Con este resultado, se metió en los cuartos de final del certamen y espera rival para la próxima etapa.
Hubo un primer cuarto muy inteligente de la Selección. Encontró puntos en Juan Fernández (12) y una buena rotación del balón para encontrar puntos cerca del aro (9/11 en dobles). No necesitó de una efectividad desmedida desde el perímetro, pero también encontró un par de anotaciones que le dieron aire y le permitieron escaparse a 16 en su mejor momento.
Todo fue cambiando en los segundos diez minutos. La albiceleste forzó muchísimo en ataque y prácticamente no encontró puntos de campo. Con un 13-0 en contra, los dirigidos por Pablo Prigioni no lograran sumar durante casi 9 minutos, salvo desde la línea de tiros libres. Con muchísimos errores, se fueron al descanso largo cayendo por la mínima, 41 a 40.
A la vuelta de los vestuarios, no cambió demasiado la historia para Argentina. Con poca rotación del balón y forzando demasiado desde el uno contra uno, perdió consistencia en ambos costados de la cancha. Esto permitió que su rival estire las ventajas.
Cuando logró calibrar la defensa en zona, complicó la circulación de Colombia y empezó a reponerse, pero aún con mucho para mejorar en los últimos diez. De la mano de Corbalan y Fernández, la selección de nuestro país volvió a tomar la delantera, pero sin terminar de consolidar lo necesario para llegar al cierre con tranquilidad.
Una sequía y una serie de errores volvieron a inclinar la balanza a favor de los cafeteros, que estuvieron muy cerca de llevarse la victoria. Un palmeo milagroso de Nicolás Brussino desató el festejo de Argentina, que no jugó bien, pero cumplió ante la ausencia de jugadores claves.
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