En los primeros minutos del miércoles se produjo el fallecimiento de un interno de la Unidad Penal N°1 de Paraná, lo que derivó en la intervención de la policía, personal forense y autoridades penitenciarias. La muerte del detenido encendió las alertas institucionales y motivó la apertura de una investigación para esclarecer lo ocurrido.
Fue identificado como Alberto Eduardo Merlo, de 55 años, con domicilio en la localidad de San Benito. Según se informó oficialmente, el hombre se encontraba alojado en el pabellón 15 del establecimiento carcelario y fue hallado en una situación que alertó a sus compañeros.
El director del Servicio Penitenciario, Alejandro Miotti, brindó precisiones sobre el hecho: “El mismo estaba alojado en el pabellón 15 e intentó suicidarse. Fue asistido en primera instancia por sus compañeros. El personal acudió inmediatamente ante el llamado de los internos. Fue trasladado a la parte de sanidad, donde fue atendido y derivado con signos vitales al Hospital San Martín. Allí, al pasarlo a una sala hizo un paro cardiorrespiratorio”.
Esperan resultados de la autopsia y continúan las pericias
Las autoridades activaron el protocolo correspondiente para estos casos. “Estamos a la espera del resultado de la autopsia. Los protocolos dicen que tenemos que avisar a la Justicia, por lo cual el fiscal Dato y personal de Criminalística se hicieron presentes a dialogar con los presos”, explicó Miotti.
El funcionario penitenciario manifestó que no se descartan otras hipótesis, aunque se aguarda la conclusión de los estudios médicos y la investigación en curso: “No descarto algún otro factor, pero esperamos la investigación más allá de las averiguaciones administrativas internas que se realizan. Estamos a la espera de que pueda haber sucedido”.
Consultado sobre la frecuencia de este tipo de hechos en la unidad penal, Miotti remarcó: “Casos como estos no son frecuentes, sino muy esporádicos, porque hace años que no vivíamos una situación como esta”.
El interno no tenía antecedentes psiquiátricos
Según detalló el director del Servicio Penitenciario, Merlo no presentaba antecedentes ni diagnósticos clínicos previos que hicieran prever una situación de esta gravedad. “El interno que ingresa es asistido por la parte psiquiátrica, psicológica y médica. Tiene un seguimiento y se le da el tratamiento que amerita. En este caso, Merlo no tenía antecedentes y había tenido diálogo con su familia. No poseía patología psicológica y psiquiátrica”, indicó.
Asimismo, se informó que el hombre había sido alojado en la unidad apenas unos días antes del hecho. “Estaba alojado por tenencia de arma de fuego y narcomenudeo. Había entrado el 25 de julio”, precisó Miotti. El deceso se produjo a menos de dos semanas de su ingreso al penal.
La Justicia investiga si existieron negligencias o si hubo otros factores que podrían haber influido en el trágico desenlace. Mientras tanto, la autopsia y los peritajes forenses serán clave para avanzar en las causas del fallecimiento del recluso.
Fuente: Elonce
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