Reconocida Psicóloga reveló cuales son los once pasos para terminar con quienes te producen dolor
Lo más importante, difícil y doloroso es identificar que estamos rodeados de personas tóxicas, y hay que intentar cortar esas relaciones lo antes posible. A veces se trata de la pareja, otras de un hermano o incluso madre o padre, pero también es frecuente dar con amigos que no nos aportan nada bueno a nuestra vida.
La psicóloga Irene López Assor, autora de ‘ 10 obstáculos que te impiden ser feliz’, dice que aunque los amigos son con los que pasamos la mayor parte del tiempo y compartimos todo tipo de momentos, muchas veces estos no actúan como nos gustaría, característica que nos haría ver que se trata de un amigo tóxico. Si has sabido identificar que esa persona en concreto te hace daño, intencionadamente o no, y decides cortar por lo sano, lee atentamente las recomendaciones de la psicóloga.
1. ¿Qué me une a esa persona?
Reconocer la verdad acerca de esa relación es difícil, así que hemos de ser muy honestos y preguntarnos: ¿cuál es mi verdadera relación con esta persona?, ¿qué obtengo de esa relación?, ¿me aporta o me agota? En palabras de Irene López Assor, cuando tengamos ese sentimiento estamos «empezando a caer en una indefensión aprendida», es decir, nos sentimos indefensos cuando hablamos con nuestro amigo, «por eso hemos de cortar de raíz».
2. Escribe un guion
«Recomendamos antes de hablar o tomar la decisión de romper con esa amistad escribir un guion para nosotros mismos. No hace falta que lo lea esa persona tóxica porque el objetivo es tener una argumentación», insta la experta. Hay dos formas claras de cortar con una relación tóxica: por un lado, hablas y confrontas con la persona que te hace daño en concreto, lo más sano pero lo más difícil; o bien, lo tenemos claro en nuestra cabeza, lo vamos soltando poco a poco y vamos dando hasta que se muera la relación.
Si optas por la primera opción, la psicóloga aconseja que comienza por el guion personal, «que es una herramienta para que en nuestra cabeza lo tengamos todo claro» y con la contra argumentación hecha de antemano. La conversación que tengamos no solo va a ser dura, también hemos de tener en cuenta que esa persona va a negarlo todo, desde su victimismo, su maldad a su manipulación. «Va a negar que quiere estar por encima de nosotros y en esa negación es parte de su manipulación. Cuanto más claro tengamos el guion, más fácil va a ser para nosotros y más difícil será para esa persona», asegura.
3. Sé claro y conciso
¿Vas a hablar con tu amistad tóxica? Sé directo, claro y conciso, por lo que el guion anterior nos permite ir al grano. «Para practicar la claridad en la exposición, recomendamos hacerlo frente al espejo antes de la conversación. Observemos nuestros gestos, que nos den seguridad, y probemos diferentes frases y palabras. Busquemos la coherencia en todo momento», apunta Irene López Assor.
4. Define tus límites
Una vez que tengamos claro todo lo que tenemos que decir, hemos de poner el límite; el punto y final, con fuerza, rotundo y convincente. «Tengamos siempre presente que es una decisión meditada, no impulsiva, así que es algo estudiado y una toma de decisión madura y adulta. No hace falta ser cruel, sino asertivos», indica.
Una forma que propone Irene López Assor de poner fin a nuestra amistad es recurrir a la siguiente frase: «Siento que no estoy obteniendo nada de esta relación» o «no me estás acompañando como a mí me gustaría».
5. Pon tus límites
En las frases que digamos dejemos claro que en este momento de la vida, esa persona no esté. Nadie nos obliga a estar atados toda la vida a una persona, por eso es tan importante que se quede claro que durante un tiempo, o toda la vida, no va a estar con nosotros.
6. Elimínala de redes sociales
Podemos pedirle que no contacte con nosotros, aunque otro asunto es que lo respete o no. La autora de ’10 obstáculos que te impiden ser feliz’ insta a no contestar sus mensajes en caso de que intente ponerse en contacto con nosotros vía WhatsApp o alguna red social, y que nos mantengamos firmes en la decisión: «Elimina su contacto de las redes sociales. Si hemos decidido que no va a estar en nuestra vida no ha de enterarse de lo que hacemos; cuanta menos información tenga mucho mejor».
7. Prémiate por limitar la comunicación
Premiarse a uno mismo es algo sumamente importante, en especial el respeto hacia uno, el amor hacia nuestra persona: «Hay que premiar los límites que hemos puesto para no dañar nuestra autoestima. No vamos a negar que una amistad duele, pero a la larga es beneficioso», afianza Irene López Assor. Por lo tanto, practica el refuerzo positivo con lo que quieras.
8. Encuentra formas de llenar el vacío
Al principio de esta nueva etapa nos encontraremos y sentiremos solos. De hecho, este es el principal motivo por el cual no se dejan las amistades tóxicas, porque no queremos sentir la soledad y alargamos las situaciones para no estar en ese punto.
Lo primero que hemos de hacer es entender que ese vacío es normal y que tendremos que pasar un pequeño duelo. Nos encontramos con un vacío que no esperábamos. Empecemos a encontrar actividades de ocio para que nos lleve a crear relaciones sociales nuevas. No busquemos amigos del alma, simplemente empecemos a sentir que no hace falta en este momento un sustituto inmediato, ni la intensidad de una amistad profunda. Lo importante es que nos relacionemos. Demos importancia a la relación, a la habilidad social y no tanta importancia a la profundidad.
9. Acepta los sentimientos incómodos
Lidiar emocionalmente con el fin de una amistad implica tener sentimientos incómodos y es absurdo pensar lo contrario. «Es lo normal y lo que toca, así que reconocer los sentimientos incómodos y las emociones que van a ser negativas nos ayudará a no vivir en una realidad que no existe».
10. Rodéate de gente alegre y positiva
Las amistades han de aportarte cierto crecimiento personal. Rodearnos de personas positivas y realistas que nos hagan sentir como en casa. «La sensación de ‘estar en casa’ nos hará sentir que estamos en una lugar seguro y aumentará nuestra autoestima», cuenta.
11. Identifica el patrón
Y por último y lo más importante: si tenemos un patrón tóxico con los padres, con los amigos, con la pareja, con los hijos, si este patrón de toxicidad se repite a lo largo de la vida, significa que tenemos un problema mucho más profundo. En realidad lo que estamos es manteniendo un vinculo tóxico aprendido desde que éramos niños.
«Si los primeros vínculos fueron tóxicos, tendremos esa tendencia aprendida a repetirlos, de forma inconsciente toda la vida. En una parte del cerebro está válido y apto, por lo tanto, buscaremos siempre repetirlo para sentir que le estamos siendo fiel a dicho patrón.», concluye la psicóloga.
Al identificar ese vínculo tóxico vamos a poner conciencia y el límite en no volver a permitir que nos manipulen. Cuando éramos pequeños no teníamos herramientas, ahora de adultos ya las podemos generar o aprender por nosotros mismos y bajo nuestras propia premisa y no la impuesta en nuestra infancia.
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