Operativo en las favelas de Río de Janeiro deja decenas de muertos

El operativo policial en las favelas de Río de Janeiro, realizado el pasado martes, ha dejado una huella profunda en la lucha contra el crimen organizado en Brasil.

La operación, que se extendió durante varias horas en los complejos de Penha y Alemão, tuvo un saldo devastador de al menos 130 muertos, la mayoría de ellos presuntos integrantes de la organización criminal Comando Vermelho, y cientos de detenidos.

El impacto de este operativo, el más letal de la historia reciente de Río, ha generado tanto elogios como críticas, y ha puesto en evidencia la necesidad urgente de una estrategia más integrada y coordinada para combatir la violencia en la ciudad.

El secretario de la Policía Militar de Río de Janeiro, Marcelo Menezes, detalló que el operativo fue planificado durante dos meses, con un enfoque táctico que incluyó la participación de 2.500 efectivos de diversas fuerzas de seguridad.

Durante la madrugada del miércoles, los vecinos de la favela de Penha trasladaron más de 50 cuerpos hasta la plaza São Lucas para intentar identificarlos. Los cadáveres provenían de la zona de Vacaria, en la Serra da Misericórdia, donde se concentraron los enfrentamientos más violentos entre las fuerzas de seguridad y el CV.

Camionetas llegaban una tras otra al centro de la comunidad, dejando una fila de cuerpos cubiertos con telas o bolsas plásticas. Estas muertes no figuraban en el balance oficial preliminar, lo que elevó el número total de fallecidos a 132.

Las imágenes mostraban un escenario de horror: cuerpos alineados en ropa interior y vecinos intentando reconocer a sus familiares. Testigos afirmaron que muchos cadáveres presentaban signos de tortura, quemaduras y disparos en la nuca, lo que refuerza las denuncias de ejecuciones.

Aunque los bomberos retiraron parte de los cuerpos durante la mañana del miércoles, los residentes advirtieron que aún quedaban otros en la cima de la colina.

La oficina de la ONU para los Derechos Humanos repudió la operación, se declaró horrorizada por las consecuencias y pidió una investigación sobre las más de 100 muertes.

Gran cantidad de fallecidos

La operación estuvo liderada por el Batallón de Operaciones Policiales Especiales (BOPE), que estableció un “muro impenetrable” en las zonas boscosas que rodean las favelas de Penha y Alemao, utilizadas por los delincuentes como rutas de escape.

La intervención también incluyó avances desde diferentes frentes, que empujaron a los sospechosos hacia áreas más deshabitadas y de difícil acceso.

“Desplegamos nuestras tropas por todo el terreno, creando una línea de contención que llamamos el Muro del BOPE, que empujó a los delincuentes hacia las zonas altas de la montaña”, explicó Menezes en rueda de prensa.

Esta estrategia, que se alejó de las tácticas tradicionales que mostraban a los delincuentes huyendo hacia la vegetación, fue elogiada por algunos sectores como un ejemplo de coordinación, pero también fue criticada por el alto número de muertes, incluyendo a varios agentes de las fuerzas de seguridad.

El golpe más grande al Comando Vermelho

Felipe Curi, secretario de la Policía Civil de Río, calificó el operativo como “el mayor golpe” que el Comando Vermelho ha sufrido desde su fundación en la década de 1970. La organización criminal, que opera principalmente en la zona norte de Río de Janeiro, ha sido responsable de numerosos actos de violencia y narcotráfico.

La incautación de grandes cantidades de drogas, armas y la captura de varios de sus líderes fue presentada como un éxito significativo en la lucha contra el crimen organizado.

Sin embargo, a pesar de la magnitud de este golpe, la operación dejó una sombra de controversia sobre la postura del gobierno federal. Curi criticó abiertamente la falta de apoyo por parte del presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, quien, según él, no ha reconocido adecuadamente el papel de la policía en este tipo de operativos.

“Hoy en día todo el mundo es víctima, incluso el delincuente. El policía es tratado como villano cuando es el verdadero héroe”, expresó Curi con firmeza durante su intervención.

La creación de una oficina de emergencia

En un intento por consolidar una respuesta coordinada ante la creciente violencia en Río de Janeiro, el gobierno federal y el estatal anunciaron la creación de una nueva oficina dedicada exclusivamente a la lucha contra el crimen organizado.

Este organismo, denominado Oficina de Emergencia de Enfrentamiento al Crimen Organizado, tiene como objetivo coordinar las acciones de diversas fuerzas de seguridad, mejorar el intercambio de inteligencia y fortalecer las capacidades logísticas y operativas en las zonas más afectadas por la violencia.

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