Murió Javier Broggi, exfuncionario municipal de Urdinarrain que fue condenado por abuso

Murió Javier Broggi, exfuncionario municipal de Urdinarrain que fue condenado por abuso

Javier Broggi falleció cumpliendo una condena a 14 años de prisión por abuso de menores. Estaba alojado en la Unidad Penal de Gualeguay. De acuerdo a lo que informó Radio Cristal, el exdirector de Cultura de la Municipalidad de Urdinarrain sufrió un Accidente Cerebrovascular (ACV) los últimos días de mayo y permanecía internado en el hospital de Gualeguay. Finalmente, este lunes se informó su fallecimiento.

 

 

El proceso judicial

Broggi fue denunciado públicamente tras una investigación que salió a la calle el 19 de diciembre de 2013, tras una investigación periodística, que derivó en la apertura de una causa judicial en jurisdicción de Gualeguaychú. En 2016 fue condenado por un Tribunal en la ciudad de Gualeguay. Estuvo un tiempo cumpliendo pena condicional y cuando la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia, denegó el recurso para ir a la Corte de Justicia de la Nación, los querellantes solicitaron que cumpla la condena en la Unidad Penal. Esa última decisión judicial en la provincia fue en agosto de 2019.

Un tiempo antes, en 2018, la ONG Con los gurises no (de Urdinarrain), una agrupación que contuvo a víctimas sobrevivientes de los abusos de Broggi y sus familias, lo escrachó públicamente en Gualeguay, a donde se fue a vivir después de las denuncias públicas. ASI Basta dio impulso a la investigación judicial que concluyó con la condena a 14 años de prisión y la confirmación de la misma en las instancias superiores.

 

 

Las víctimas

Cuando se dio a conocer el caso, se hizo un cálculo de unas posibles 40 víctimas del exfuncionario de Urdinarrain. Se contó que los niños fueron abusados entre los 6 y 13 años y, en la investigación periodística, se describió el mecanismo de engaño aplicado por el denunciado durante años, que se inmiscuyó en la intimidad de las familias y se aprovechó de los niños.

 

 

 

Un mail del acusado

A continuación, se reproduce parte de un artículo publicado, que dio cuenta de un correo electrónico que el propio Broggi envió a la familia de uno de los niños que había abusado, el 20 de abril de 2008 a las 22.35:

“Nada peor que verlos con el corazón destrozado. Se fue a la mierda mi imagen de amigo o de hermano. Se cayó mi cara oculta. Mi lado oscuro de mierda que tuve. Yo sé que pedir perdón no alcanza, que nada alcanza. ¿Qué va a alcanzar?

Yo agradezco tanto que hayan sido tan valientes a pesar de la procesión que llevan. Yo no sé cómo se remedian estas cosas. Nunca creí que podía hacer tanto daño. No me cabe ni en mí. Si para ustedes era un hermano, para mí también eran mi familia. Digo era. Porque va a ser difícil que me miren con la misma cara. Yo no tengo temor en hacer todo lo posible para que su hijo no sufra.

No sé cómo. Pero hoy el dolor me llegó hasta los tuétanos. Estoy como en el aire. Pero siempre me quedo en que el otro queda peor. Será que toda la vida tuve estas mierdas. Será que me volvió el pasado que no quiero.

Será, qué sé yo. Yo nunca voy a olvidar esta noche. No puedo olvidar las palabras y ese llanto sincero por alguien que les cagó la vida. Como si no hubieran tenido demasiado. Qué mazazo.

 

Este es el click que quizás necesitaba para darme cuenta de que tengo que tratarme. Que esas cosas terribles que hice hoy me avergüenzan. Pero sobre todo me hacen mirar hacia atrás. Soy una mierda, ya lo sé. Pero al menos quiero recomponer lo mínimo que pueda. Pedir perdón no va a alcanzar ni el día del arquero. Pero es la primera palabra que me sale.

Ahora sí que nosotros los de entonces ya no podemos ser los mismos. Nunca sé por dónde voy a empezar a recuperarme. No sé tampoco cómo me van a mirar mañana ustedes o los chicos. No quiero ser la víctima. Soy el que provocó –con mis mambos sin resolver– una situación que los derriba.

Creo que la mejor manera será hablar. Tratar de ayudar y que me ayuden. Yo siento por ustedes el mayor afecto. Eso no se puede diluir. Es quizás el punto de recuperar este pasado que hay que sacar. Vivir confundido es lo que siempre me mató. No es una vida fácil. Yo sólo quiero que vuestro hijo pueda hablar conmigo. Que me cuente para que me pegue y me haga descender al infierno que tiene que haber vivido. A lo que vive. A partir de esto, yo haré todo lo que sea.

Por lo pronto, para mañana suspendo las reuniones. Quedo a la espera. Un mensajito. Una llamada. Yo quiero que al menos mi corazón no se caiga más. Y menos el de ustedes.

Sé que puede parecer banal todo esto. Sé que es fácil escribir. Sé que la fama de convencer con palabras es un terrible estigma. Pero también sé, y lo asumo, que soy culpable”.

 

Fuente: Análisis Digital

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