En la zona núcleo, estiman un aumento de la siembra del 17%. La necesidad de “sumar kilos” para ganar rentabilidad es otro factor que posiciona al maíz por encima de la soja. Así lo indican desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
La necesidad de “sumar kilos” para ganar rentabilidad se da en un contexto de márgenes muy ajustados en los que el maíz aventaja por ahora a la soja. Estos son los factores que harán que el cereal resurja en la próxima campaña, luego de la fuerte caída que tuvo la siembra en el ciclo 2024/25.
La temporada anterior estuvo atravesada por el temor a la chicharrita de maíz y la falta de agua que hubo en la primavera pasada. Así lo afirma el informe semanal para la zona núcleo de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) que forma parte de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
“La campaña 2025/26 perfila al maíz como el cultivo de mayor expansión en la región”, afirma el reporte. Confirma que, pese a la significativa mayor inversión y el riesgo que implica el maíz con relación a la soja, la estrategia empresarial va en busca de “lograr kilos”.
Para esto, se tienen en cuenta que es más fácil lograr 120 quintales por hectárea en un maíz temprano que 50 en una soja de primera. “El cultivo de maíz tiene mucho margen para lograr rendimientos promedios altos. Y más al compararlo con la soja que muestra un estancamiento desde hace ya muchos años”, coinciden en señalar en la región.
El clima a favor del maíz
Uno de los aspectos que juega de manera importante es las reservas de agua: “Estamos muy bien este año con los perfiles para el maíz”, aseguran desde Rosario. La campaña 2025/26 comenzará a fines de agosto en algunas zonas. Si caen al menos unos 20 milímetros en ese mes, la proyección es que se podría implantar sin problemas el cereal hasta el 20 de septiembre.
En tanto, “también hay muchas ganas de sumar hectáreas en lotes que vengan de legumbres”, afirma la GEA. Este es un fenómeno relacionado a aprovechar los nutrientes que fijan estos cultivos en el suelo. De allí que se espera, además de una mayor siembra temprana, un resurgimiento del maíz tardío y el de segunda. Habían sido reducidos al mínimo tras el temor a la chicharrita.
De este modo, los planteos tardíos volverían a ocupar un 30% del total sembrado con maíz. Implicaría unas 100.000 hectáreas más, que serían cedidas por la soja. En total, entonces, la estimación de la GEA para la zona núcleo sería 1,9 millones de hectáreas maiceras, un incremento del 17% interanual. E incluso hay expectativas de que se podría superar ese porcentual.
Márgenes
No obstante, vale decir que esto ocurre en un contexto en el que hay factores que pueden actuar como vientos en contra. Por ejemplo, el reciente movimiento alcista que se vio en los precios de los fertilizantes. La presión bajista que hay en el mercado del cereal, ante la abundante oferta de Brasil y de Argentina, es otra de las características.
De cualquier manera, la respuesta ante esto, por parte de productores y asesores, sigue siendo la misma: “La única salida que vemos es que sea un año muy bueno desde lo climático y que logremos producir muchos kilos. Necesitamos tener un año de grandes rendimientos para no perder”.
Mientras tanto, la realidad es que, en la pelea de los márgenes, el maíz de primera aventaja a la soja también de primera. Cuando se analiza un planteo ubicado a 150 kilómetros del puerto, con rindes de 100 qq/ha para maíz y 40 qq/ha para soja, el cereal se posiciona mejor que la oleaginosa.
En campo propio, el maíz de primera deja 405 u$s/ha, mientras que la soja deja 314 u$s/ha. En campo alquilado, el maíz muestra un margen positivo de 68 u$s/ha, mientras que la soja de primera arroja un resultado negativo de -31 u$s/ha. Aun así, el maíz temprano ya no luce como antes por los aumentos en fertilizantes. Implantarlo implica una inversión inicial de 1.190 dólares por hectárea, contra 680 de la soja.
Fuente: Infocampo
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