Inminente cierre del ICER de Paraná: 50 empleados quedarían sin trabajo
Trabajadores del Instituto de Cardiología de Entre Ríos (ICER) reclamaron por el inminente cierre de la entidad de calle Italia 142 de Paraná; como consecuencia de la medida, 50 empleados perderían su fuente laboral.
“Acompañamos a los trabajadores luego de que les anunciaran el inminente cierre del Instituto, a lo que se suma que les dijeron que no había dinero para pagarles la indemnización y aun les adeudan el aguinaldo correspondiente a diciembre de 2023, el 15% de aumento de abril y el mes completo de mayo”, comunicó el secretario gremial de ATSA, German Martínez.
Según explicó, “en varias audiencias con un grupo económico, porque en la sede funcionan tres empresas, habían prometido continuar con las actividades, pero a la semana nos encontramos con el desalojo de la parte de cirugía”.
“En asambleas con los trabajadores, uno de los directivos les comunico que, económicamente, no están en condiciones de afrontar indemnizaciones y que, si no recibían ayuda de otras entidades, no iban a poder continuar”, reveló el representante sindical y comunicó que, en el marco del reclamo por las fuentes laborales, elevaron una nota al gobernador Rogelio Frigerio para lograr una reunión con autoridades provinciales y del ministerio de Salud, responsables del grupo económico y representantes de ATSA y los trabajadores. “El ICER es un lugar único en la provincia por ser especializado en cardiología y no se puede mirar para otro lado, porque los trabajadores tampoco pueden quedar sin su fuente laboral”, fundamentó.
Desgarradores testimonios de los trabajadores
“No quiero que el Instituto cierre, por eso estamos reunidos para pedir ayuda y que por favor nos escuchen el gobernador y el ministro de Salud porque, más allá de la trayectoria de la entidad, somos una gran familia y queremos seguir trabajando. Este es nuestro lugar y mientras mantenga las puertas abiertas, lo vamos a defender”, aseguró Stella Maris, una mucama con 15 años de servicio en el ICER.
Una de las enfermeras, Carla, por su parte, contó: “Hace seis años que trabajo en el ICER y es una gran familia. Estamos muy angustiados porque muchas familias quedarán sin un sustento, por eso pedimos a todos que se solidaricen con nosotros. Vamos a colectar firmas para que el gobernador nos ayude”.
“Somos el único sustento de nuestro hogar y no queremos que el ICER cierre”, sumó Carmen, una mucama con cuatro años de trabajo en el Instituto.
“Si el ICER cierra, nos quedamos sin trabajo y habrá que volver a empezar, pero hoy está difícil para encontrar un nuevo empleo. Pedimos que nos ayuden, que nos escuchen porque nosotros le ponemos el corazón a lo que hacemos, no hay un paciente que se queje de nosotros, ni del lugar”, coincidió Vanesa, cocinera con 12 años de servicio en la entidad.
“Los pacientes no son un número, porque tratamos que se sientan como en casa; somos todos muy compañeros, unidos y esto nos duele”, insistió al remarcar: “El paciente siempre está bien atendido porque es lo más esencial y siempre están dichosos, emocionalmente bien atendidos por nosotros”.
El dolor de un paciente del ICER
De hecho, un hombre oriundo de Federal y que hace cuatro años que es paciente del ICER, lamentó: “No hay palabras para describir la atención, fui intervenido quirúrgicamente en dos oportunidades y estoy sorprendido por el anuncio de cierre porque es una noticia muy triste”.
“Primero están los trabajadores y después, los pacientes que si ocurriera lo que no quisiéramos que pase, es como si mudáramos de casa o de barrio; y la humanidad de los trabajadores para con los pacientes, como en mi caso, por la paciencia que me tuvieron, la atención brindada es increíble”, ponderó Carlos. Y agregó: “Si cerrara el ICER, tendría que emigrar a otra institución, pero no hablamos de ir al dentista a sacarnos una muela, es el corazón y duele aún más ver a los empleados en esta situación porque los pacientes, nos curamos y nos vamos, pero para los trabajadores, es su casa”.
Fuente: Elonce
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