China anunció el inicio de la construcción de una nueva poderosa represa que producirá cada año suficiente energía para abastecer a dos países. Sin embargo, para India y Bangladesh, naciones vecinas del gigante asiático, representa una amenaza utilizada para librar una guerra hidráulica.
El primer ministro chino, Li Qiang, oficializó el proyecto de fabricación de la central hidroeléctrica bajo el eslogan “El proyecto del siglo”. En este sentido, se instalarán centrales de represas en cascada a lo largo de una curva del río Yarlung Zangbo, mientras serpentea alrededor de la montaña Namchabarwa. Contaría con túneles perforados en la roca para forzar el agua hacia las turbinas.
Preocupa a India
El río Yarlung Zangpo fluye hacia los estados indios de Arunachal Pradesh y Ammán, y continúa hacia Bangladesh. Luego forma los ríos Siang, Brahmaputra y Jamuna. Las autoridades indias y bangladesíes argumentan que la nueva presa efectivamente entregaría a China el poder de controlar y restringir el flujo de agua a través de la frontera. También podría causar inundaciones devastadoras.
El ministro principal de Arunachal Pradesh, Pema Khandu, sostuvo: “El problema es que no se puede confiar en China. Nadie sabe qué podrían hacer”. Asimismo alertó que Pekín podría usar la presa para crear una “bomba de agua” en tiempos de guerra.
Nueva Delhi está pendiente, porque China no forma parte de la Convención del Agua. Este es un tratado de las Naciones Unidas que proporciona un marco jurídico a la gestión de las aguas superficiales. Esto implica que Pekín no está obligado a monitorear los niveles de agua y ser responsable de asegurar que los ríos aguas abajo cuenten con suficiente caudal para mantener su actividad económica.
Beneficios energéticos
Pekín afirma que la presa costará alrededor de 1,2 billones de yuanes (unos 137 millones de dólares). Producirá 300.000 millones de kilovatios por hora de electricidad, más del triple de la producción energética de la presa de las Tres Gargantas en el río Yangtze, en el centro de China.
El ministro de Relaciones Exteriores de China afirmó que la construcción será fundamental para lograr el objetivo de cero emisiones netas para 2060. El gobierno chino espera que la producción contribuya a reducir la quema de carbón. De esta manera, se evitaría la emisión de más de 100 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) cada año.
Controversias
Khandu advirtió que los ríos Siang y Brahmaputra podrían “secarse considerablemente” una vez que se complete la represa. En este sentido, describió el proyecto como “una amenaza existencial para nuestros medios de vida”. “Supongamos que se construye la presa y de repente liberan agua, todo nuestro cinturón Siang quedaría destruido… (las comunidades) verían todas sus propiedades, tierras y, especialmente, vidas humanas sufrir efectos devastadores”, agregó el ministro.
La central hidroeléctrica también implicaría impactos sociales, al igual que la represa de las Tres Gargantas. Ésta generó el desplazamiento de más de un millón de personas de sus hogares. Generalmente, estas familias son trasladadas a zonas con condiciones inferiores y escaso acceso a servicios básicos, además de sufrir la pérdida de identidad comunitaria.
Para algunos expertos, el peso del embalse provocaría un daño ambiental. Aumentaría los deslizamientos de tierra, hundimientos y microtemblores sísmicos en la región. Las tensiones geológicas acumuladas podrían generar riesgos a largo plazo, aunque el tema sigue siendo objeto de estudio y debate entre científicos.
Fuente: Perfil
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