El vicario general Eduardo Tánger se alejó temporalmente de sus funciones en la diócesis de Paraná

El vicario general de la diócesis de Paraná, Eduardo Tánger, se alejó temporalmente de sus responsabilidades pastorales para tomarse un período de descanso, conforme a lo que establece el Código de Derecho Canónico. La decisión fue anunciada oficialmente por la curia, que destacó que el sacerdote, de 70 años, había estado lidiando con problemas de salud, lo que lo llevó a priorizar su recuperación. Tánger, quien ocupa el cargo desde 2012, fue confirmado en su puesto por el actual arzobispo Rubén Marín, poco después de su llegada a la arquidiócesis.

“El padre Eduardo Tánger ha decidido tomar un tiempo de descanso, como lo prevé el Código de Derecho Canónico, para ocuparse de cuestiones de salud que ha venido enfrentando en los últimos meses”, informaron desde la curia. En su ausencia, las funciones de vicario general serán asumidas por el sacerdote Cristian Torres, quien también mantiene su cargo de rector del Seminario Arquidiocesano de Paraná.

La figura de Tánger es crucial para la diócesis de Paraná, ya que, además de ser vicario general, también se desempeña como párroco de la Iglesia Catedral Nuestra Señora del Rosario. La responsabilidad de la parroquia recae ahora en el vicario parroquial, Javier Velicogna, quien tomará la dirección pastoral mientras dure la ausencia del padre Tánger. A su vez, la curia también ha informado que se sumará a la tarea un nuevo sacerdote, Javier Margheim, quien recientemente regresó a Paraná después de haber vivido una experiencia monacal con los benedictinos en El Siambón, Tucumán.

“El padre Javier Velicogna asumirá temporalmente las responsabilidades en la Catedral, mientras que el sacerdote Javier Margheim, con su valiosa experiencia, también colaborará en el servicio pastoral de la diócesis”, confirmaron las autoridades eclesiásticas. Esta reestructuración temporal busca asegurar que las tareas pastorales de la diócesis sigan su curso sin interrupciones, mientras Tánger se toma el tiempo necesario para su recuperación.

Eduardo Tánger, nacido en Paraná el 14 de febrero de 1955, ha sido una figura clave en la estructura eclesiástica de la región. Fue ordenado sacerdote en 1986 por el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic, y su carrera en la Iglesia lo llevó a ocupar el puesto de vicario general en septiembre de 2012, designación realizada por el exarzobispo Juan Alberto Puiggari. En su rol de vicario general, Tánger asumió una gran responsabilidad administrativa y pastoral dentro de la diócesis, colaborando estrechamente con el obispo en la gestión de los asuntos diocesanos.

El vicario general, según el Código de Derecho Canónico, debe ser un sacerdote con amplia formación en derecho canónico o teología, además de tener experiencia en la gestión de asuntos eclesiásticos. Tánger, quien cumplía con estos requisitos, fue reconocido por su compromiso y dedicación a la tarea pastoral. Además, su figura fue importante en el fortalecimiento de la vida eclesial de Paraná, siendo un referente para muchos de los fieles de la arquidiócesis.

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