El gobierno nacional evalúa implementar la propina obligatoria en bares y restaurantes
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado de la Nación, Federico Sturzenegger, sería el encargado de llevar adelante este viejo anhelo del titular de Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la Argentina, Luis Barrionuevo.
Según trascendidos, el presidente Javier Milei firmaría un decreto que “mejorará los salarios del sector gastronómico” y que solucionaría el tema de la falta de efectivo, que muchas veces deja a los mozos sin propina.
Barrionuevo ya había pedido en 2019 la propina figure de manera oficial en las facturas de los establecimientos gastronómicos con una carga del 14%, 16% o 18% del total, según la categoría y facturación del local.
También hubo un proyecto de ley en Senado, presentado por los legisladores puntanos Liliana Negre de Alonso y Adolfo Rodríguez Saá, que proponía una propina obligatoria del 10% y establecía que “el monto obtenido por el trabajador proveniente de las propinas por él recibidas no podrá ser descontado de su remuneración ni de los adicionales que perciba el mismo de conformidad al convenio colectivo”.
En la Argentina la propina no es obligatoria, aunque es habitual que los clientes dejen un 10% del total de la cuenta en el caso de que les haya gustado el servicio. En otras partes del mundo la propina está incluida en la factura, como en el caso de Brasil, que carga un 10% adicional bajo el concepto “servicio” en la cuenta.
Algo similar ocurre en Francia, dónde el servicio está generalmente incluido en la cuenta (service compris), aunque también es común dejar una pequeña propina adicional si el servicio ha sido muy bueno. En los Estados Unidos la propina no es obligatoria pero es una cuestión cultural dejar entre un 15 y 20% del total del consumo, mientras algunos restaurantes añaden una propina automática para grupos grandes.
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