Concordia: Joven que murió en basural era tío de niña que falleció en circunstancia similar
Ramón Nicolás “Kiki” Zaragoza vivía en el barrio Sarmiento de Concordia, junto a sus hermanos, su mamá y su papá. No estaba casado ni tenía hijos, era un ser muy querido en la familia pues “contagiaba a todos con su luz”. El joven de 24 años, que buscaba basura para reciclar, murió el sábado tras ser aplastado por un camión de residuos en el basural a cielo abierto de Concordia, conocido como Campo del Abasto.
“Mi hermano iba todos los días a trabajar al Campo El Abasto”, aseguró Alejandra, negando las versiones que señalaban que el accidente ocurrió, en parte, debido al desconocimiento del joven sobre cómo se maneja una ‘kuka’, como comúnmente se le llama a los camiones de residuos.
Incluso señaló que “él ya había tenido un accidente anteriormente”. “Lo pisó la rueda de la kuka y le quebró el tobillo. Lo curaron en el Masvernat y la situación quedó en la nada”, contó Alejandra.
Sobre el fatal accidente del sábado, Alejandra dijo que “fue el ayudante del conductor el que no se fijó si había alguien y bajó la palanca”. “No había nadie cuidando, no les importa la vida de otro”, aseveró.
Consultada respecto a si ella también trabajaba como recolectora informal en el campo El Abasto, Alejandra rememoró: “Trabajé ahí antes, pero pasaron cosas feas, luego mi marido consiguió un trabajo fijo y no trabajé más ahí”.
En rigor, Alejandra era mamá de aquella niña de 11 años de edad que en el año 2019 también murió aplastada por un camión recolector. Su nombre era Jésica, hija de Alejandra Zaragoza y por ende sobrina de Roque “Kiki” Zaragoza.
La mujer pidió la tragedia “no quede en la nada” y señaló que “desde la Municipalidad en ningún momento vinieron ni a dónde está mi papá ni a dónde está mi mamá”.
Memoria
El viernes de 21 de septiembre de 2012, Maximiliano, de 16 años, estaba en el Campo El Abasto junto a su papá Ángel buscando basura, cuando removieron un tacho metálico con contenido inflamable que quemó gravemente a ambos y Maxi perdió la vida tras presentar el 90% de su cuerpo quemado.
El 6 de diciembre de 2018, ocurrió un accidente -que afortunadamente no se transformó en desgracia- cuando un niño de 7 años estaba en la zona del volcadero, apoyó la mano izquierda en el rodado y la pala le apretó el dedo índice de la mano amputándole una falange.
La noche del jueves 18 de julio del 2019, Jésica Maidana de 11 años y sus hermanitos esperaban el camión de residuos para recolectar los desechos. La nena se paró en el tanque de combustible del camión y la caja golpeó su cabeza, ella cayó y una de las ruedas la aplastó. Murió de forma instantánea.
Corrían los últimos días del mes de abril de 2020 cuando Ariel Martínez de 30 años, y en situación de calle, se durmió en un contenedor de residuos y posteriormente murió producto de la compresión que hace el camión de residuos para luego descargar la basura en el Campo El
Abasto. Diario El Sol
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