La desaparición de Azul Mía Natasha Semeñenko, empleada estatal de 49 años que trabajaba en el Centro de Atención a la Víctima (CAV), mantiene en alerta a la comunidad de Neuquén. Sus compañeras confirmaron que este viernes a las 11 realizarán una panfleteada en los semáforos de Don Bosco y Ruta 22 y Don Bosco y Sarmiento, con el objetivo de difundir su foto e informar a la población.
“Queremos que Azul vuelva”, enfatizó Juliana Calvo, colega de la trabajadora, al remarcar que su ausencia en el trabajo fue inusual y preocupante.
Última vez que fue vista
La última vez que se la vio fue el sábado 27 de septiembre, cuando vecinos del barrio Confluencia observaron que salía de su vivienda. Desde entonces, no hubo más rastros de ella. Sus compañeras radicaron la denuncia el lunes, luego de que no se presentara a cumplir funciones.
La Policía de Neuquén ingresó el miércoles a su domicilio y encontró un escenario inquietante: hornallas prendidas desde hacía días y la casa revuelta, lo que intensificó las sospechas sobre su paradero.
Perfil y características
Al momento de desaparecer, Azul vestía una remera blanca y pantalón chupín del mismo color. Se trasladaba en una bicicleta rodado 29 color flúor. Es de tez blanca, mide 1,73 metros, tiene cabello pelirrojo y ojos marrones.
“Es muy responsable y comprometida, no solía faltar ni dejar el celular apagado”, agregó Calvo.
Llamado a la comunidad
Las compañeras y amigas de Azul pidieron colaboración a la ciudadanía. “Quien tenga algún dato puede llamar al 101. Es anónimo y confidencial”, explicó Calvo, quien insistió en que toda información puede ser clave.
Contexto de otras desapariciones
La preocupación se incrementa porque, además de Semeñenko, hasta este jueves había otras dos mujeres reportadas como desaparecidas: Luciana Anabel, de 44 años, y Gisela Soledad Ñancufil, de 37.
En horas de la noche, la familia de Luciana confirmó que había sido encontrada con vida, pero la búsqueda de Gisela continúa.