Los tres artesanos que obtuvieron la Rueca de Plata lucieron sus premios en la última noche de la Fiesta de la Artesanía. De esta manera concluyó la edición 47° fundacional y 40 nacional de una de las propuestas más atractivas de la región.
“No esperaba la Rueca en este rubro, pero pasaron y vieron mi producción que es toda nueva, porque cada año tejo todo nuevo para Colón”, expresó Olga Wilvers. Ella es de la localidad entrerriana de Villaguay, y ganó la Rueca de Plata a la producción artesanal.
La artesana del rubro textil realiza tejido al crochet fino con hilo macramé. En ediciones anteriores obtuvo tres menciones: una a Maestra Artesana y dos como Artesana Calificada. “Las ventas bastante flojas, pero compartimos con amigos con los que hace años nos conocemos. Yo hice la selectiva en 2012 y vengo a la fiesta desde 2013, todos los años”, señala.
Con gran experiencia en diversas ferias de todo el país, opina sobre la organización del evento colonense. “Este año mejoró. El año pasado nos mataron de calor, pero ahora estamos felices por el aire acondicionado”, sostuvo en relación al nuevo espacio.
“El lugar me gusta. Si hubiésemos estado en carpa estaríamos llenos de agua, porque a veces se volaban o se rompían las lonas por la tormenta”, mencionó. Además, agregó que “Yo estoy contenta. Hay mucha gente disconforme, pero hay que adaptarse a las circunstancias”.
Brian “Huesito” Acevedo, de barrio El Brillante en San José (departamento Colón), obtuvo la Rueca de Plata al artesano calificado en el rubro metal, luego de las menciones que obtuviera en 2017 como Joven Artesano, 2023 y 2024. “Para cualquier artesano esto es el fruto de tanto esfuerzo y horas de trabajo que no se ven reflejadas cuando vamos a vender una pieza. Esto vale más que el dinero que uno recibe”.
A modo de balance personal, describe a la presente edición “como muy productiva” y con “muy buenas ventas, gracias a clientes que hace 4 o 5 años vienen confiando en mí y gente nueva que se va sumando. Traje más de 50 piezas y las que me quedan no llegan a 20”.
Además, manifestó su conformidad con el predio en el que por segundo año consecutivo se desarrolló la feria. “Estoy contento con la climatización y la seguridad de estar resguardados dentro de un galpón. En las carpas ha pasado que por las condiciones climáticas cayeron árboles y a algunos artesanos se les han roto piezas”.
Si bien dice que la venta estuvo “complicada”, rescata la experiencia como muy buena -tanto en la fiesta como en el taller- especialmente por la posibilidad de mostrar su oficio. “Acá estamos cómodos. Llovió mucho y no se mojó nada”, agregó al ser consultado por el lugar.
Fuente: El Entre Ríos
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