“Terminamos juntos, compañeros como siempre… como aquel primer día en que empezamos”, dijo Víctor Cuatrín.
Veintisiete años atrás, junto a Atilio Ré, Oscar Sostersich, Armando Isaac y Miguel Galeto iniciaron Rectificaciones Paraná que, hasta hace pocos días, funcionó en calle Lorenzo Jordana 975, de la capital entrerriana.
En primer lugar, aclaran que no se fundieron, sino que el contexto de pandemia y la situación que se generó los obligó a bajar la persiana. Hasta el inicio de la pandemia del coronavirus el negocio marchaba muy bien, pero la mayoría de los dueños tiene entre 70 y 75 años y son grupo de riesgo, por lo que desde la Municipalidad no le extendieron la habilitación necesaria para reabrir sus puertas. Sin poder trabajar, los costos se hicieron cuesta arriba y se vieron obligados a tomar una decisión impensada pocos meses atrás: cerrar definitivamente el local y dejar de trabajar.
En el galpón de calle Jordana ya queda muy poco. Las máquinas fueron retiradas días atrás y los ruidos repercuten cada vez más fuerte por el vacío del lugar. Mientras los integrantes de la cooperativa de torneros le van diciendo adiós al taller, algunos clientes llegan para retirar sus cosas. Y en los próximos días entregarán la llave al dueño de la edificación.
“No tenemos en la familia chicos a los que les guste la tornería, es más, es un oficio que se está perdiendo lamentablemente”, dijo Atilio Ré, quien comenzó a los 13 años en la tornería, cuenta diario Uno.