Con pruebas en su contra en el femicidio de María Julieta Riera, Jorge Julián Christe podría aferrarse a una única coartada, para evitar pasar el resto de su vida en la cárcel.
Esta es alegar un estado mental que no le permitió discernir ni controlar sus actos al momento de golpear, ahorcar y arrojar al vacío a su novia.
¿Desorientado?
Un dato que apuntalaría esta versión es que al momento de dar aviso a la Guardia de la Jefatura central de la Policía provincial, Christe dijo que quien se había caído del balcón del departamento del octavo piso había sido su suegra, no Julieta.
Así lo informó el fiscal Ignacio Aramberry ayer al señalar que si bien el imputado nunca declaró, lo que manifestaron esos agentes daba cuenta de esas palabras.
Cómo lo vieron
Por otro lado, muchos de quienes trataron con él desde la llegada al departamento hasta su detención lo observaron shockeado, raro y con sus facultades mentales alteradas, según se afirmó a Uno.