En medio de intensas negociaciones entre el gobierno nacional y autoridades de Brasil, ambos países acordaron ayer implementar nuevas medidas para solucionar la bajante del Río Paraná e Iguazú, que en el caso del Paraná está afectando la logística exportadora de la Argentina, especialmente en la zona de los puertos del Gran Rosario.
La problemática se generó por la falta de precipitaciones que tuvo su epicentro sobre el sur de Brasil, Paraguay y el noreste argentino sobre fines de febrero y marzo, y ha tenido un singular efecto sobre el cauce de los ríos Paraná, Paraguay, Uruguay e Iguazú, según informó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La reunión de ayer fue por videoconferencia.
Al respecto, la diputada nacional Blanca Osuna, quien intervino el pasado 9 de abril en la Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, valoró que “se logró un avance muy importante para atenuar las consecuencias sociales, económicas y medioambientales que trae aparejado el decrecimiento del caudal de nuestro río Paraná”.
Asimismo, la legisladora destacó que “el accionar eficiente de nuestra Cancillería y la receptividad puesta de manifiesto por Felipe Solá que luego de escuchar nuestra preocupación, tomó cartas en el asunto en forma inmediata”.